domingo, 19 de diciembre de 2021

21dic21: Un día lluvioso en Nueva York

 

----------------------------------------------------

20.00 HORAS - Entrada $ 150. 

ÚLTIMA FUNCIÓN 2021

***¡FELICES FIESTAS!***

----------------------------------------------------

Título original A Rainy Day in New York aka

Año 2019

Duración 92 min.

País Estados Unidos

Dirección Woody Allen

Guion Woody Allen

Fotografía Vittorio Storaro

Reparto Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gomez, Jude Law, Diego Luna, Liev Schreiber, Annaleigh Ashford, Rebecca Hall, Cherry Jones, Will Rogers, Taylor Black, Kathryn Leigh Scott, Kelly Rohrbach, ver 21 más

Género Romance. Comedia | Comedia romántica

Clasificación + 12 años

Sinopsis Gatsby Welles (Timothée Chalamet) y Ashleigh (Elle Fanning) son una joven pareja enamorada de universitarios que se dispone a pasar un fin de semana en la ciudad de Nueva York. Ella va a entrevistar al reconocido cineasta Roland Pollard (Liev Schreiber), que pasa por un momento de crisis creativa, y durante su azarosa aventura conocerá al cautivador actor Francisco Vega (Diego Luna). Por su parte, Gatsby también conocerá a una joven, Chan (Selena Gómez), que le ayudará a poner en orden sus sentimientos. El lluvioso fin de semana estará plagado de encuentros, desencuentros y equívocos. (FILMAFFINITY)

Crítica

Ni su provecta edad, ni el acorralamiento de la opinión pública (aunque la justicia le haya declarado inocente) al que le han sometido inmisericordemente los de siempre, esas inquisiciones ancestrales y grimosas, ni el boicot en Estados Unidos a su cine, su autobiografía y a una serie de televisión, han logrado anular la imaginación de Woody Allen para inventar historias que llevan el sello de su prodigioso cerebro, construir situaciones, personajes y diálogos insólitos, que suponen un regalo para los receptores, provocar la sonrisa, la risa y el sentimiento. Hacer películas imagino que le supone un inmejorable refugio ante la tormenta, y en los últimos años esta se ha ensañado con él. Y su cine también nos ofrece protección a sus espectadores incurablemente fieles, con la frecuente sensación del gozo, de que el tiempo vuela cuando este director está inspirado. Y pocas veces le abandona el estado de gracia. Y es muy raro que desfallezca, que te aburra, que no salgas confortado de la sala, que no te identifiques con las sensaciones que retrata.

A Woody Allen le gusta Nueva York en todas sus estaciones, pero reconozcamos que la lluvia, tan incómoda y triste para los espíritus prosaicos, es una buena aliada de la poesía. El título que más me fascina de la historia del cine, el que más me intriga y conmueve es Rain People. O sea: “Gente de lluvia”. Y, cómo no, que alguien como Allen titule su última obra Día de lluvia en Nueva York augura algo muy bonito, con olor a melancolía, a equívocos, a encuentros inesperados, a sorpresas. Y lo es. Creo que no he soltado ninguna carcajada, pero la sonrisa no me desaparece durante hora y media. Tampoco un bienestar duradero al salir del cine y al recordarla.

El juvenil protagonista lo ha tenido muy fácil en su vida, al pertenecer a una familia con mucha pasta. Se llama Gatsby, como aquel ser tan luchador y tan trágico que alguna vez creyó en la luz verde, sin saber que su sueño ya había quedado atrás, en la ardiente oscuridad. Pero no tiene nada claro cómo enfocar su existencia, le asaltan demasiadas incertidumbres, no quiere que la confusión sea su epitafio. Mientras tanto, se entretiene jugando fuerte al póker y decidido a pasar un memorable y lujurioso fin de semana con su novia, enseñándole la ciudad que ama y de la que se largó huyendo de las presiones familiares. Pero en Manhattan puede ocurrir de todo. Que su pareja quede hipnotizada por un director de cine en crisis, un guionista con aparentes soluciones para aplacar el tormento del creador, un lúbrico actor hispano con hambre de carne joven. Y que en la espera de que la novia vuelva a la tierra y le haga un poco de caso, el angustiado vagabundeo del chaval por Manhattan se encuentre con sorpresas que pueden cambiar su vida. Como el disparatado y seductor reencuentro con la hermana pequeña de una antigua novia, el conocimiento de una puta majestuosa, la impagable conversación con su madre, revelándole esta con naturalidad y pragmatismo secretos presuntamente inconfesables de su juventud. Y este tío tan confuso aprenderá unas cuantas cosas muy claras y a no mentirse a sí mismo. Y no sabemos lo que ocurriría en la vida real, pero, como el cine se puede permitir licencias líricas, es precioso que se encuentre en Central Park y en medio de la lluvia con la persona que acaba de seducirle.

Allen narra todo esto con mucho encanto, con su inconfundible estilo, exento de amargura, con tanta comprensión como cariño hacia sus perdidos personajes. Carlos Boyero en El País de Madrid

Trailer

 

14dic21: el caso de Richard Jewell

 


Título original Richard Jewell aka

Año 2019

Duración 131 min.

País Estados Unidos

Dirección Clint Eastwood

Guion Billy Ray. Artículo: Marie Brenner

Música Arturo Sandoval

Fotografía Yves Bélanger

Reparto Paul Walter Hauser, Sam Rockwell, Kathy Bates, Jon Hamm, Olivia Wilde, Wayne Duvall, Dexter Tillis, Desmond Phillips, Nina Arianda, Ian Gomez, Randy Havens, Mike Pniewski, Niko Nicotera.

Género Drama | Basado en hechos reales. Juegos olímpicos. Años 90. Periodismo. Terrorismo

Clasificación +9 años

Sinopsis

Richard Jewell era un guardia de seguridad en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, el cual descubrió una mochila con explosivos en su interior y evitó un número mayor de víctimas al ayudar a evacuar el área poco antes de que se produjera el estallido. En un principio se le presentó como un héroe cuya intervención salvó vidas, pero posteriormente Jewell pasó a ser considerado el sospechoso número uno y fue investigado como presunto culpable (Filmaffinity).

Crítica

Que se esté convirtiendo en una rareza el hecho de contar un relato a la perfección, fijando la mirada exclusivamente en el personaje, parece un fastidioso signo de los tiempos. En una época en la que otorgar un estilo identificable a cada obra parece un peaje obligatorio, cineastas como Clint Eastwood, apenas un puñado, contadores de historias a la manera clásica, ejercen de protectores de unas esencias en vías de extinción. En Richard Jewell, su último trabajo como director, basado en hechos reales, es consciente del lugar que debe ocupar, el del narrador de unos hechos más grandes que la propia vida: la de un hombre sencillo atropellado por las circunstancias; la de un ser humano de enorme complejidad, que pasa de héroe a villano en un santiamén a causa de las contradicciones de la sociedad.

Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996. Un guarda de seguridad privado de peculiar personalidad, físico y actitud evita una masacre terrorista gracias a su diligencia. El heroísmo del Juan Nadie. Poco después, tras un cúmulo de circunstancias, unas quizá razonables (que se le investigara), otras seguramente injustas (que esas indagaciones se hicieran públicas), se convierte en sospechoso (y en acusado) por haber colocado la bomba que mató a una mujer y pudo acabar con cientos de personas. La villanía del acomplejado.

Con guion de Billy Ray, experto en los entresijos de las certezas mentirosas desde El precio de la verdad (2003), Richard Jewell es una obra sobre un personaje y unas eventualidades apasionantes, que se despliega como una fascinante reflexión sobre lo que parece y lo que es, y que acaba afectándonos porque te transmite una idea acerca de nosotros mismos. Y está la belleza del trabajo de cámara y de luz de Eastwood, que apenas se nota porque es invisible, pero que se siente.

La película parte de un prólogo formidable que define en apenas unos minutos a sus dos personajes principales, al héroe singular y al que después va a ser su abogado, interpretados por los magníficos Paul Walter Hauser y Sam Rockwell. Y a partir de ahí mezcla varios tiempos con la difícil facilidad del contador maýusculo, en un tono que fusiona el drama, la comedia y la intriga judicial. Un relato con ecos de la fundamental El gran carnaval (Billy Wilder, 1951), con el que se han tomado ciertas licencias dramáticas convertidas en escandalosas, quizá olvidando que lo que ha hecho Eastwood no es ni un ensayo ni una investigación ni un documental, sino simplemente una (estupenda) película. Javier Ocaña en El Pais de Madrid

 Trailer



martes, 7 de diciembre de 2021

07dic21: La teoría de los vidiros rotos

 

Martes a las 20.00 horas. Entrada $ 150.

¡NOMINADA AL OSCAR!

Título original La teoría de los vidrios rotos

Año 2021

Duración 80 min.

País Uruguay

Dirección Diego Fernández

Guion Diego Fernández, Rodolfo Santullo

Música Gonzalo Deniz

Fotografía Lucio Bonelli

Reparto Martin Slipak, César Troncoso, Robert Moré, Roberto Birindelli, Jenny Galvan, Jorge Temponi, Guillermo Arengo, Christian Font, Carlos Frasca, Lucio Hernández, Lourdes Kauffmann, Verónica Perrotta, Josefina Trias

Género Comedia

Clasificación ATP

Sinopsis Claudio es ascendido a coordinador de pólizas en la empresa de seguros Santa Marta, a la que debe representar en una lejana y pequeña ciudad, donde luego de arribar numerosos autos comienzan a ser incendiados. Claudia se ve presionado a cubrir los seguros de los autos en un ambiente hostil, y al tratar de aclarar los incendios descubrirá que muchas cosas no son lo que aparenta (Filmaffinity).

Crítica

"¿Conoce la Teoría de los Vidrios Rotos? Usted debería preguntarse cuantos vidrios rotos hay en esta historia, ¿y por qué?". Eso le dice Serveto (Robert Moré), inspector del Banco de Seguros a Claudio Tapia (Martín Slipak), protagonista de esta peculiar historia en la que se ve envuelto, cuando tres días antes sus únicos planes eran ir al pueblo de frontera donde transcurre la acción, simplemente a marcar presencia y realizar un viaje rutinario al que lo obligaba su nuevo trabajo como perito de una agencia de seguros en la zona. Pero cuando misteriosamente comienzan a aparecer autos quemados en la localidad, Tapia no tiene más remedio que agarrar una vieja velosolex, recorrer sus calles e intentar descubrir, rodeado de los distintos personajes que las habitan, el misterio que hay detrás.

"Hay una cosa que estaba desde el principio, que era jugar con el género, es una película de género, en el sentido que es el forastero que tiene que resolver el misterio", define así su nuevo film Diego "Parker" Fernández, director de La Teoría de los Vidrios Rotos, la nueva película uruguaya que se estrena este jueves 26 de agosto en salas.

"Podía haber sido un detective y homicidios, pero es un perito y autos quemados. Era eso, que responda a las convenciones del género", explica, contando que desde sus inicios el proyecto tuvo un norte: la película tenía que ser una comedia. "Todo el equipo se alineó en la idea de 'bo, vamos a hacer una comedia, no nos podemos cagar'", cuenta.

Desde el inicio, la sátira y la caricatura son dos parámetros que se van mostrando, a veces más explícitamente que en otras, en cada uno de los elementos de la película, desde la caracterización de ese pueblo hasta el tintazo que tiene el personaje de Mendiçabal (Roberto Birindelli), estanciero brasilero y político cuya figura cuasi omnipresente se manifiesta desde los afiches de campaña con su cara, hasta el repetitivo jingle que corta la monotonía sonora de este pueblo sin nombre.

Precisamente, explicando el "termómetro" que significó su equipo en la construcción de la comedia, Parker cuenta que uno de esos momentos en los que se preguntó "¿no me estaré yendo mucho al carajo?" fue cuando vio el teñido que le hicieron a Birindelli para su caracterización. Pero la tranquilidad vino de la mano de Gonzalo Delgado, director de arte, que le recordó el espíritu detrás del film.

"He visto muchos proyectos que lees el guión y es una comedia y después la vez y es un drama o una comedia romántica a lo sumo, también por un tema de idiosincrasia uruguaya. Asi somos, de afuera dicen, 'no hay nada más triste que un uruguayo contento'. Esto estaba en la intención y siempre fue la apuesta, preferible pasarse que quedarse corto", afirma Fernández.

"Donde se juega más la uruguayez, es en eso de que en el pueblo son todos viejos, de arriba de 50 por lo menos y después están Tapia y los pibes. Y de hecho a Tapia te lo tiran hacia el lado de los pibes. En eso si hay una cosa re uruguaya, 'tan joven y lo mandan a este lugar', eso es bien uruguayo", comenta.

Es en ese punto donde la elección del argentino Martín Slipak para el rol protagónico se manifiesta con fuerza. "Había un tema de phisique du rol que yo quería que se vea al lado de los del pueblo como más chico, por eso de que lo botijean, que hubiera esa cosa como de riesgo físico, que no dijeras, ta, se va a agarrar a las piñas", explica el director y coguionista. Aunque reconoce que lo principal es el bagaje actoral del argentino: "un tipo de 30 años que tenga ese oficio encima, actúa desde los 5 años, ha hecho más películas que la mayoría de los actores de acá, televisión, teatro, todo".

Un desafío al que Slipak se enfrentó con la mayor habilidad, según cuenta Fernández, es que su personaje interactúa con todos, "con distintos niveles de registro, con un vecino o con un personaje super elaborado". Para Fernández, uno de los puntos firmes del proyecto fue cuando su coproductor de Argentina le recomendó a Slipak para el papel y vio lo bien que funcionaba.

Pero no todos los actores de la cinta son precisamente veteranos frente a las cámaras. Tres de los actores que tienen un rol trascendental en el desarrollo de la trama son precisamente un grupo de adolescentes de Aiguá, ciudad de Maldonado donde se filmó durante 20 días la mayor parte de la película. "Uno de ellos me mandó un mail después de la película diciendo que había sido de las experiencias más lindas que había tenido en su vida", cuenta.

"Después hubo otros casos como los vecinos. Esa escena en mi cabeza y en el guión era imagen, en cámara lenta, Tapia hablando con los vecinos. Cuando pusimos la cámara, que estaba filmando en cámara lenta pero teníamos el sonido, y empiezan a hablar, nos miramos todos y dijimos 'esto está buenísimo'. Salió de ellos y la verdad, entraron en el juego enseguida. Y tuvimos que sacar material porque ya habían tres chistes de cada uno", explica Fernández mostrando la relación que se dio entre el equipo y la gente de Aiguá. Además de los 20 días allá -divididos en 4 semanas de filmación- se rodó durante 10 días en Montevideo, aunque en la capital se filmaron casi exclusivamente las escenas en interiores.

La película, que está basada en hechos reales, surge de una serie de noticias que leyó el director entre el 2009 y 2010 sobre una serie de incendios en autos en la ciudad de Melo que ocurrieron durante meses y que tuvo como resultado 25 coches incendiados. En esa historia, que los guionistas -Fernández y Rodolfo Santullo- se inspiraron para crear el texto, mezclando los hechos de Cerro Largo con la teoría sociológica de los vidrios rotos (para saber que es, vea la película, el personaje de Serveto se lo explica muy bien).

"A mí me cuelga eso de las teorías que hablan de la conducta humana y de hecho la película anterior -Rincon de Darwin- era sobre el tema de la evolución. Me gusta cuando hay algo que te hace reflexionar sobre tu vida o la sociedad de alrededor y te permite empezar a entender mejor lo que está sucediendo. Aunque sea por el lado de la comedia, te ayuda a comprender un poco más como somos las personas".

Para la música, Fernández trabajó con un viejo conocido suyo, Gonzalo Denis, conocido artísticamente como Franny Glass, con quien trabajó en varios videoclips y en Rincón de Darwin. "Lo conozco desde que tenía 17 años, cuando actuó en un corto que hice para Unicef, despúes fue alumno mío en la ECU (Escuela de Cine del Uruguay)", cuenta, recalcando que los conocimientos cinematográficos del artista fueron claves para cuadrar la música de la película, que por momentos es un personaje en sí mismo, con la voz de Humberto de Vargas.

Fernández cita como una de sus mayores influencias para la película a El Gran Lebowski, de los hermanos Coen, por esa idea de "el género llevado a la comedia, sacado del lugar principal". Además, menciona a la película danesa Terriblemente Feliz (Frygtelig lykkelig, en danés) de Henrik Ruben Genz, donde un policía, un forastero, llega a un pueblo donde existen sus propias reglas y finalmente termina haciendo cosas que un oficial no debe hacer porque son las reglas del pueblo. "Ese concepto me gustaba mucho", dice.

A nivel estético, menciona a Don't Come Knocking (Llamando a las puertas del cielo) de Wim Wenders y protagonizada por Sam Shepard, donde también un forastero va a un pueblo en el que nunca se ve a nadie."De repente ves a alguien que va caminando allá atrás, no es que está vacío, porque siempre hay alguien por allá atrás o un auto que pasa lejos. Eso estaba en nuestro guión. Hacerlo parecer desolado, no vacío, desolado", comenta.

Por Federico Pereira en Montevideo.com.uy.

 Trailer



 

 

 


Programación diciembre 21

 



martes, 30 de noviembre de 2021

30nov21: Drunk


MARTES A LAS 20.00 HORAS. ENTRADA $ 150.

--SOCIOS GRATIS--

Título original Druk aka

Año 2020

Duración 116 min.

País Dinamarca

Dirección Thomas Vinterberg

Guion Tobias Lindholm, Thomas Vinterberg

Fotografía Sturla Brandth Grøvlen

Reparto Mads Mikkelsen, Thomas Bo Larsen, Magnus Millang, Lars Ranthe, Susse Wold, Maria Bonnevie, Dorte Højsted, Helene Reingaard Neumann, Martin Greis, Magnus Sjørup, Mercedes Claro Schelin, Frederik Winther Rasmussen, Silas Cornelius Van, Albert Rudbeck Lindhardt, Aksel Vedsegaard, Aya Grann

Productora Coproducción Dinamarca-Suecia-Países Bajos (Holanda); Zentropa Productions, Topkapi Films, Film I Väst, Zentropa International Sweden, Det Danske Filminstitut, Eurimages, Svenska Filminstitutet, Netherlands Film Production Incentive

Género Drama | Alcoholismo. Amistad. Colegios & Universidad

Clasificación + 15 años

Sinopsis Cuatro profesores de instituto se embarcan en un experimento sociológico en el que cada uno de ellos deberá mantener la tasa de alcohol en su cuerpo al mismo nivel, durante su vida diaria, intentando demostrar de esa manera que pueden mejorar en todos los aspectos de su vida. (FILMAFFINITY)

 

Premios 2020

Premios Oscar: Mejor película internacional

Globos de Oro: Nominada a mejor película de habla no inglesa

Premios BAFTA: Mejor película de habla no inglesa. 4 nominaciones

4 Premios del Cine Europeo: Mejor película, dirección, actor (Mikkelsen), guion

Festival de San Sebastián: Mejor actor y Premio Feroz de la crítica

Critics Choice Awards: Nominada a mejor película de habla no inglesa

Premios César: Mejor película extranjera

Asociación de Críticos de Chicago: Mejor película extranjera

Satellite Awards: Nominada a mejor película de habla no inglesa

 

Crítica

'Otra ronda' parte de una premisa a priori muy propia de comedia europea de esas que llenan las carteleras de cines en versión original: cuatro profesores que deciden iniciar un peculiar experimento sociológico basado en la teoría del psiquiatra y escritor noruego Finn Skårderud, que dice que los humanos nacemos con un déficit de 0,05% de alcohol en la sangre, y es cuando compensamos esa diferencia cuando nos convertimos en la mejor versión de nosotros mismos. Así que deciden mantener esa tasa de alcohol al mismo nivel durante el día para intentar demostrar que así pueden mejorar en todos los aspectos de sus vidas.

El director de 'La caza' (Jagten, 2012) podría haber convertido su film en un estudio real al estilo 'Super size Me' (2006), lo que podría haber casado con su etapa más Dogma, sin embargo, encajona su estudio sobre la bebida en un marco aparente de cine para señores cuarentones, en el que las críticas más torpes quieren ver una réplica de la clásica encrucijada generacional de hombres blancos heterosexuales cansados de la vida con ganas de echar una canita al aire.

Y en efecto, el hecho de que Mikkelsen esté acompañado de Thomas Bo Larsen, Magnus Millang y Lars Ranthe, hace pensar que estamos ante una versión de arte y ensayo de la "comedia cuñada" española al estilo 'Es por tu bien' (2016), porque en efecto el relato gira sobre estos hombres en diferentes crisis profesionales y familiares en donde el papel de la mujer no tiene un espacio natural en la historia, más allá de ser el contacto o ausencia que crea la demanda de cambio en sus vidas.

Sin embargo, hay un uso de estos personajes para concretar el discurso que alejan 'Otra ronda' de esa típica obra de bromas para divorciados. Su escena inicial muestra a un grupo de jóvenes bebiendo mientras hacen pruebas, pimplando, vomitando y creando una imagen dudosa sobre lo que nos quiere transmitir el film respecto a la bebida, ¿Nos está presentado un problema nacional de Dinamarca que llega hasta el consumo preocupante en edades tempranas, o nos muestra una efímera visión melancólica del júbilo perdido y del mejor momento de nuestras vidas, porque podemos hacer locuras?

Vittenberg alterna las parrandas y el día a día de los protagonistas con divertidos clips reales de políticos y personalidades que construyen todo un tratado de uso filosófico sobre el alcohol. Muestra los efectos con naturalidad y de forma orgánica, no juzga, pero tampoco evita mostrar el lado más oscuro (y hasta trágico) del consumo. 'Otra ronda' no es una película moralista, pero sí deja claro que el alcohol tan solo amplifica los anhelos, tristezas o angustias que ya existen en nuestro interior, por ello cada personaje representa cierto momento vital, y en cada uno de ellos tiene un efecto diferente.

Lo que hace al film único es su vertiente de elegía cinematográfica. Cuando llevaba 4 días rodando, Ida, la hija del director, moría en un accidente de tráfico con 19 años. Iba a participar en el film como la hija de Mikkelsen, tan solo ha quedado una dedicatoria y el aura de celebración agridulce que puede tocarse desde el primer minuto. Hay algo especial en el uso de la música desde la escena de la cena, que una sensación difícil de definir que convierte el largometraje en un manifiesto lleno de sentimiento y tristeza que busca ser asimilada, para aprender a bailar junto a ella.

Hasta la asombrosa secuencia de baile de Mikkelsen parece un exorcismo por y para Ida, un momento que rivalizará al videoclip 'Weapon of Choice' (2001) con Christopher Walken como uno de los momentos de catarsis más indescriptibles que ha acometido un actor danzando. Perteneciente a esa estirpe de trances espontáneos que no pueden escribirse en un guion y que se convierten sin pretenderlo en momentos para el recuerdo, asociado ya para siempre a la canción 'What A Life' de Scarlet Pleasure.

 ‘Otra ronda’ es la madurez agridulce del Vinterberg más punk, una última fiesta con sabor a antídoto contra crisis de la mediana edad, un manifiesto ebrio de existencialismo vitalista que no juzga sino que celebra la amistad y el dolor. Una borrachera telúrica de melancolía y humor oscuro como bálsamo para la tragedia, alcohol en las heridas, una despedida jovial con sabor a vino amargo y la calidez de un abrazo con risas en la reunión con viejos amigos en un funeral. Jorge Loser en espinof.com

Trailer



23nov21: Muerto con gloria

 


Título original Muerto con Gloria

Año 2021

Duración 115 min.

País Uruguay

Dirección Marcela Matta, Mauro Sarser

Guion Mauro Sarser

Fotografía Germán Luongo

Reparto Stefania Tortorella, Noelia Campo, Mauro Sarser, Nenan Pelenur, Federico Guerra, Marco Manfrini

Productora Ecologito, Los Modernos Films

Género Comedia

Clasificación + 15 años

Sinopsis Gloria tiene treinta años y nunca tuvo un orgasmo. Cuando por fin encuentra a su amante ideal, resulta que éste no forma parte del mundo de los vivos. (FILMAFFINITY)

Crítica

Es la segunda película de los directores Mauro Sarser y Marcela Matta, responsables de Los modernos. La nueva película de la dupla cuenta la historia de Gloria, una librera treintañera agobiada por su trabajo, su dificultad para dormir, para entablar relaciones románticas, y por nunca haber tenido un orgasmo. En su nueva casa descubrirá que habita una presencia fantasmal, que se convierte en un amante ideal y la pone en un lugar incómodo cuando tiene que elegir entre ese amor fantástico y un hombre de carne y hueso que le empieza a interesar.

Protagonizada por Stefanía Tortorella, y con un elenco que incluye a Nenan Pelenur, al propio Mauro Sarser, Federico Guerra y a Noelia Campo, Muerto con gloria combina humor, romance y un toque de fantasía sobrenatural poco habitual en el cine local.

 La película ha tenido ya algunas ventas internacionales, para ser emitida en cines y en plataformas de streaming de Estados Unidos y España, Corea del Sur y Taiwán, y se negocia la posibilidad de que se realicen remakes en España, Estados Unidos y México. El Observador

Trailer

 

16nov21: El Padre

 

Título original The Father

Año 2020

Duración 97 min.

País Reino Unido

Dirección Florian Zeller

Guion Florian Zeller, Christopher Hampton. Obra: Florian Zeller

Música Ludovico Einaudi

Fotografía Ben Smithard

Reparto Anthony Hopkins, Olivia Colman, Imogen Poots, Rufus Sewell, Olivia Williams, Mark Gatiss, Evie Wray, Ayesha Dharker

Productora Coproducción Reino Unido-Francia; Trademark Films, Embankment Films, Film4 Productions, F Comme Film, AG Studios NYC. Distribuidora: Lionsgate

Género Drama | Drama psicológico. Vejez / Madurez. Enfermedad. Alzheimer. Familia

Grupos Adaptaciones de Florian Zeller

Clasificación + 15 años

Sinopsis

Anthony (Anthony Hopkins), un hombre de 80 años mordaz, algo travieso y que tercamente ha decidido vivir solo, rechaza todos y cada uno de las cuidadoras que su hija Anne (Olivia Colman) intenta contratar para que le ayuden en casa. Está desesperada porque ya no puede visitarle a diario y siente que la mente de su padre empieza a fallar y se desconecta cada vez más de la realidad. Anne sufre la paulatina pérdida de su padre a medida que la mente de éste se deteriora, pero también se aferra al derecho a vivir su propia vida. (FILMAFFINITY)

 

Premios 2020

Premios Oscar: Mejor actor (Hopkins) y guion adaptado. 6 nominaciones

Globos de Oro: 4 nominaciones, incluyendo mejor película drama

Premios BAFTA: Mejor actor (Hopkins) y guion adaptado. 6 nominaciones

Festival de San Sebastián: Premio del Público

Critics Choice Awards: 4 nominaciones, incl. mejor actor y actriz sec.

Premios Goya: Mejor película europea

Sindicato de Directores (DGA): Nominada a mejor nuevo director

Sindicato de Actores (SAG): Nom. mejor actor (Hopkins) y actriz sec. (Colman)

Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor montaje

Asociación de Críticos de Boston: Mejor actor y Mejor director novel

Asociación de Críticos de Chicago: Nominada a Mejor actor y guion adap.

British Independent Film Awards (BIFA): Mejor guión, actor y montaje

Satellite Awards: Mejor guion adaptado. 6 nominaciones

 

Crítica

La idea es de una sencillez tan aplastante que a nadie se le había ocurrido desarrollarla con tal grandeza: mostrar la demencia senil de un anciano, su falta de certezas, su confusión mental, sus lamentables olvidos, los más cotidianos y los más esenciales, sus vívidos recuerdos, sus accesos de clarividencia, su honestidad brutal, su ternura y su hosquedad, su desequilibrio y sus caídas en el terror de sentirse absolutamente perdido en su hogar, expuesto como un laberinto indescifrable, desde su propio punto de vista mental. Lo ha hecho el prestigioso dramaturgo francés Florian Heller en su primera y excelente película como director de cine, basada en su obra teatral El padre, un drama profundamente doloroso y afortunadamente humano, que se acerca a la enfermedad con el tacto de la devoción y del cariño, pero también con la aspereza de la verdad. Y con la inestimable ayuda de Anthony Hopkins y su maestra

Sin grandilocuencias en la puesta en escena, de un rigor clásico inusual en un debutante, Zeller va mostrando los sucesivos encuentros del protagonista con su hija, su cuidadora y su yerno en el piso donde habita, con la salvedad de que los intérpretes van cambiando de identidad, mostrando los rostros acompañantes de una memoria averiada para siempre, y las derivas de inseguridad en un hombre que se siente no solo aturdido sino también embaucado, conformando así una especie de thriller de engaños. Siempre pendiente de su reloj y del momento del día que es porque intuye que su tiempo se acaba y que sin él se mezclan el día y la noche, el pijama y la ropa de calle, las pastillas del desayuno y las de la cena, la infancia y el ocaso, el viejo se aferra a la información en la muñeca como el que se abraza a una vida que se resquebraja por donde más duele, en ciertos momentos con el aliento shakespeariano de El rey Lear.

Nadie había mostrado con esa eficacia ese efecto tan desgraciadamente habitual de que alguien empiece a tener síntomas de no reconocer ni a los suyos, en una edad en la que no siempre se es tierno y educado, y en una situación en la que afloran palabras y actitudes seguramente sinceras, pero despiadadas con los que te quieren y pretenden ayudarte. ¿Se es uno mismo o ya se es otro?

Porque también está el contraplano de la inmensa variedad de registros en la sublime actuación de Hopkins, hosco, divertido y, sobre todo, extraviado: el dolor de la hija, la formidable Olivia Colman (pero no solo); el resquemor del yerno; la profesional dulzura de la cuidadora. La confusión mental del ser humano que se agota es la nuestra como espectadores, por una vez en la tesitura de no saber dónde colocarnos ante un desafío que alcanza incluso la esfera de lo moral. Javier Ocaña en El Pais de Madrid

Trailer



martes, 9 de noviembre de 2021

09nov21: Las vacaciones de Hilda

 MARTES A LAS 20.00 HORAS. ENTRADA $ 150.

--SOCIOS GRATIS--

Título original Las vacaciones de Hilda

Año 2021

Duración 88 min.

País Uruguay

Dirección Agustín Banchero

Guion Agustín Banchero

Música Daniel Yafalián

Fotografía Lucas Cilintano

Reparto Carla Moscatelli, Edgardo Castro, Gabriel Villanueva

Género Drama | Familia

Clasificación + 12 años

Sinopsis Hilda es una mujer solitaria que vive en el pueblo de Concepción. Intencionalmente quiebra cualquier tipo de relación afectiva con las personas de su entorno cercano. Su vida se ve interrumpida por el aviso de que su hijo viene a visitarla después de varios años. Así ella comienza los preparativos para mejorar su casa y su imagen que ha decaído en los últimos tiempos. Sobre la fecha, su hijo cancela la visita y la pospone por tiempo indeterminado. Ahora Hilda deberá vivir un verano en el pasado.

Crítica

“No me molesta esperar”, le dice Hilda (Carla Moscatelli) a un muchacho, mientras realiza una inspección rutinaria y burocrática a una planta cerealera en decadencia. Es que toda la vida de esta mujer solitaria, que sostiene a puro desgano y fuertes tensiones con su socio un estudio de arquitectura, parece haberse quedado en suspenso, en una cotidineidad agobiante y exasperante. Su madre enferma desde hace tiempo, la casa con filtraciones y manchas de humedad, algunos manejos no demasiado transparentes con el dinero, cierto patetismo pueblerino de un lugar como Concepción... Lo que el guionista y director nos muestra (y sobre todo lo que nos insinúa) del universo íntimo de la protagonista es bastante agustiante y desolador. Cuando recibe la confirmación de que uno de sus hijos vendrá a visitarla algo vital se activa en ella, pero a último momento el joven cancela el viaje y... otra vez el desencanto, la depresión.

Tras esa primera parte, Banchero nos remonta al pasado, a un verano de una década atrás, cuando Hilda estaba en pareja con Eduardo (el argentino Edgardo Castro), pasaba unas vacaciones en Solís con él y sus tres hijos, bailaban clásicos de los '70, hacían el amor. Pero sobrevino la infidelidad de él, y los reproches, y la violencia, y la tragedia, y los inevitables distanciamientos.

De esos retazos de vida, de esos recuerdos propios de una memoria emotiva (y por lo tanto selectiva) está construida esta ópera prima misteriosa y elusiva, que solo nos muestra algunos pocos elementos para que luego seamos nosotros, los espectadores, quienes completemos las piezas faltantes. Este juego de escondidas, de retaceos, de omisiones, puede irritar a cierto sector del público, pero también plantea dilemas, genera interrogantes y provoca complicidades.

La fotografía de Lucas Cilintano que es capaz de convertir en pura poesía visual una gota de lluvia o una lágrima en la mejilla de la protagonista, y el trabajo sutil, austero y lleno de matices de Moscatelli son aspectos que sostienen el relato cuando los tiempos y los silencios se alargan. Las vacaciones de Hilda es una película que exige paciencia, involucramiento y compromiso. A la larga, la recompensa es valiosa. Por Diego Batlle.

Trailer:



 

 

 

martes, 2 de noviembre de 2021

02nov21: Llámame por tu nombre

 

MARTES A LAS 20.00 HORAS. ENTRADA $ 150.

--SOCIOS GRATIS--

Título original Call Me by Your Name

Año 2017

Duración 130 min.

País Italia

Dirección Luca Guadagnino

Guion James Ivory. Novela: André Aciman

Música Sufjan Stevens

Fotografía Sayombhu Mukdeeprom

Reparto Timothée Chalamet, Armie Hammer, Michael Stuhlbarg, Amira Casar, Esther Garrel, Victoire Du Bois, Elena Bucci, Marco Sgrosso, André Aciman, Peter Spears

Género Romance. Drama | Drama romántico. Homosexualidad. Años 80

Clasificación +15 años

Sinopsis Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven de 17 años, pasa el cálido y soleado verano de 1983 en la casa de campo de sus padres en el norte de Italia. Se pasa el tiempo holgazaneando, escuchando música, leyendo libros y nadando hasta que un día el nuevo ayudante americano de su padre llega a la gran villa. Oliver (Armie Hammer) es encantador y, como Elio, tiene raíces judías; también es joven, seguro de sí mismo y atractivo. Al principio Elio se muestra algo frío y distante hacia el joven, pero pronto ambos empiezan a salir juntos de excursión y, conforme el verano avanza, la atracción mutua de la pareja se hace más intensa. (FILMAFFINITY)

Premios 2017-18

Oscar: Mejor guion adaptado. 4 nom. incluyendo película y actor (Chalamet)

Festival de Toronto: 2ª finalista - Mejor película

Globos de Oro: 3 nom. incluyendo mejor película drama y actor (Chalamet)

Premios BAFTA: Mejor guion adaptado. 4 nominaciones

National Board of Review (NBR): Top 10 películas año, actor rev. (Chalamet)

American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año

Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor actor (Chalamet)

Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor película, dirección y actor (Chalamet)

Premios Independent Spirit: Mejor fotografía y actor (Chalamet)

Premios Gotham: Mejor película y nuevo actor (Timothée Chalamet)

Critics Choice Awards: Mejor guion adaptado. 8 nominaciones

Sindicato de Productores (PGA): Nominada a mejor película

Satellite Awards: Nom. mejor película, guion adaptado y actor sec. (Hamer)

Sindicato de Guionistas (WGA): Mejor guion adaptado

Sindicato de Actores (SAG): Nominada a mejor actor (Chalamet)

Festival de Berlín: Nominada a mejor película (Teddy Section)

Festival de San Sebastián: Inauguración sección Perlas de otros festivales

Festival de Melbourne: Premio del Público

Festival de Sydney: 2º puesto mejor película (Premio del Público)

Asociación de Críticos de Chicago: 3 premios incl. actor (Chalamet). 8 nom.

Asociación de Críticos de Boston: Nominada a mejor actor (Chalamet)

Círculo de Críticos de San Francisco: Mejor guion adaptado. 5 nominaciones

Premios del Cine Europeo: Premio del Público al mejor film europeo

Premios David di Donatello: Mejor guion adaptado y canción original. 13 nom.

Premios Gaudí: Nominada a mejor película europea

Crítica

Destinada casi con seguridad a convertirse en un clásico del cine queer, Llámame por tu nombre, la nueva película de Luca Guadagnino, se centra en la relación que se establece en una villa italiana de la zona de Liguria, durante un verano, entre Elio (Timothée Chalamet), un adolescente de 17 años, y Oliver, un estudiante norteamericano un poco mayor que él (dice tener 24, pero Armie Hammer parece mucho más y de hecho los tiene) que se instala por varias semanas en el caserón familiar para trabajar como “becario” del padre de Elio, un profesor especializado en cultura greco-romana.

Si bien transcurre en el norte de Italia en lugar del sur, donde sucedía su anterior A Bigger Splash, las similitudes de trama y de escenario son muchas. Aquí, como allí, la acción transcurre en una idílica casa campestre cuyos acomodados habitantes reciben la llegada de un visitante que trastoca todos los planes. Y también hay paseos en bicicleta, romances a las escondidas, piscinas y maravillosos escenarios naturales. También, claro, la por momentos ampulosa pero siempre muy voraz sensualidad de la cámara del realizador italiano, que no parece poder contener su impulso por filmar al ritmo intenso de sus protagonistas, solo que esta vez con la colaboración del director de fotografía de casi todo el cine de Apichatpong Weerasethakul, Sayombhu Mukdeeprom.

Pero hay también profundas diferencias. No sólo aquí la historia de amor es entre dos hombres sino que además no hay ni una trama policial de por medio. Pero la principal distancia es que allí todo era suspicacias, malos entendidos y fastidios en los protagonistas mientras que aquí parece vivirse en un plácido paraíso sobre la Tierra donde la tentación tiene la forma literal de un durazno maduro y nadie parece tener malas intenciones.

Durante la primera hora del film –que, como la novela en la que se basa, transcurre en 1983– asistimos al lento y un tanto temeroso acercamiento entre ambos. Elio es un joven brillante que habla perfecto francés, inglés y muy bien italiano, toca el piano y la guitarra, y tiene esos rostros que denotan inteligencia y picardía. Pero la figura de Oliver lo abruma. Se fascina con él y comienza a convertirse en su amigo, compinche y chaperón en paseos y aventuras. Es claro que el deseo está ahí, latente, pero por distintos motivos (Oliver, por estar invitado a trabajar en la casa de los padres de Elio, y él porque cree no estar a la altura de su objeto de deseo) no pasa de ahí. Además, Elio tiene una novia local (Marzia, encarnada por Esther Garrel, hija de Philippe y hermana de Louis) con la que tiene menos temores a la hora de avanzar sexualmente.

Pero promediando la película –basada en la novela homónima de André Aciman publicada de 2007– la tensión sexual será tan grande que el contacto se volverá inevitable, por lo que de ahí en adelante seremos testigos de esta historia pasional a escondidas (innecesarias, finalmente, porque da la impresión de que los padres lo saben y, liberales como son, no les molesta para nada) en la que de a poco se va perdiendo el miedo inicial para convertirse en un romance veraniego hecho y derecho. Y Guadagnino se dedica a describirlo, sensualmente pero de manera cuidada, casi como si estuviera filmando una performance de danza entre dos cuerpos inquietos que se rodean, bailan alrededor uno de otro y la pasan muy bien juntos.

Si hay dos cosas a destacar de la película en especial son, en principio, la interpretación de Chalamet, un chico de 21 años (que actuó en Homeland e Interestelar) que no solo habla varios idiomas y toca varios instrumentos sino que posee un carisma y una frescura de esas que se ven muy poco (digamos que es una versión mejorada de Louis Garrel), y que se convierte en el corazón palpitante de la película ante el un tanto más distante Hammer, que parece cincelado como las esculturas grecorromanas que estudia con el padre de Elio. La otra es la breve pero potente actuación de Michael Stuhlbarg como el profesor en cuestión, quien sobre el final, hablando con su hijo, tiene uno de los monólogos más hermosos y emotivos que se han escuchado en mucho tiempo y que no es para nada habitual en casos o situaciones como esta.

La película tiene como guionista al veterano James Ivory (de 89 años) y cuenta con dos canciones originales compuestas por Sufjan Stevens. Guadagnino –un cineasta admirado en los Estados Unidos y un tanto maltratado en Italia, acaso por su pasado como publicitario célebre– está ahora terminando de rodar una remake de Suspiria, de Darío Argento, película protagonizada por Tilda Swinton que seguramente dividirá opiniones entre esos mismos territorios. Si bien su siguiente film tiene, en principio, poco que ver con éste, es claro que el hombre tiene el talento, el control de sus materiales y la audacia como para lanzarse con todas las armas a su disposición a lo que venga. Aquí la cámara vibra y baila con los personajes, quienes por momentos parecen saltar a través de jardines y cuartos, y deleitarse escuchando a Franco Battiato o, en una muy curiosa escena de danza, a Psychedelic Furs. Es el verano del ‘83, uno que ambos recordarán toda su vida más allá que el tiempo los lleve por distintos caminos. O no. Por Diego Lerer.

Trailer



Programación noviembre 21

 



martes, 26 de octubre de 2021

26oct21: Sinónimos, un israelí en París

Martes a las 20.00 horas. Entrada $ 150. Socios gratis.

Título original Synonymes

Año 2019

Duración 123 min.

País Francia

Dirección Nadav Lapid

Guion Nadav Lapid, Haim Lapid

Fotografía Shai Goldman

Reparto Tom Mercier, Quentin Dolmaire, Louise Chevillotte, Uria Hayik, Olivier Loustau, Yehuda Almagor, Gaya Von Schwarze, Gal Amitai, Idan Ashkenazi, Dolev Ohana, Liron Baranes, Erwan Ribard, Yawen Ribard, 

Productora Coproducción Francia-Israel; SBS Films, arte France Cinéma, Pie Films

Género Drama. Comedia | Inmigración

Calificación + 18 años

Sinopsis En París, las cosas no comienzan bien para Yoav. Un joven israelí que llega a la capital francesa con grandes expectativas, decidido a deshacerse de su nacionalidad lo más rápido posible. Para él, ser israelí es como un tumor que debe ser extirpado. Convertirse en francés, por otra parte, simplemente significaría su salvación. Para borrar sus orígenes, Yoav primero decide no hablar una sola palabra de hebreo. El diccionario se convierte en su mejor compañero. Las visitas a la embajada israelí le molestan. Pero el proceso también tiene sus trampas. Y la joven pareja francesa de la que se hace amigo tiene algunas ideas bastante extrañas sobre cómo ayudarlo... Basándose en sus propias experiencias, el director Nadav Lapid explora los desafíos de tratar de empezar en un nuevo país. (FILMAFFINITY)

Premios 2019

Festival de Berlín: Oso de Oro (mejor película) y Premio FIPRESCI

Festival de Sevilla: Mejor dirección

Crítica

En su primera noche en París, el joven Yoav descubre que la decisión de hacer las valijas y abandonar de mala manera su Israel natal será correspondida con una beligerancia similar por parte de su nuevo entorno. Después de meterse en un piso abandonado, un desconocido aprovecha su primer despiste para dejarle sin nada. Literalmente desnudo. En el momento en el que vemos a Yoav tapándose los genitales mientras baja por las escaleras advertimos que no deberíamos tomarnos al pie de la letra las imágenes. Primera invitación a salir de la literalidad y abrazar lo metafórico. Que, a posteriori, Yoav acepte su condición de personaje (casi cartoon) al mostrar una fidelidad casi religiosa a su indumentaria (pensemos, por ejemplo, en la emblemática gabardina de Monsieur Hulot) es otra pista que despeja dudas.

Sinónimos: Un israelí en París es una película de marcado carácter autobiográfico, pero Nadav Lapid se enfrenta a sus propias vivencias con la actitud del paciente que se estira en el diván. Es, para entendernos, un ejercicio de memoria que, sobre el papel, podría remitir a Vals con Bashir, experimento de Ari Folman para consigo mismo, en el que los recuerdos documentales se mezclaban y confundían con las pesadillas animadas. Era aquella película una libre conjunción e interpretación de géneros o, directamente, formas de entender el cine. Pues bien, en su nuevo trabajo, Lapid lleva mucho más allá esa sensación de libertad. Justamente la que su álter ego busca con desesperación. Tanto, que llega a considerar su nacionalidad como una enfermedad a la que debe aplicarse una terapia de shock. Avergonzado por su origen israelí –un país que a su entender, ha confundido el amor propio con el odio a los demás; el orgullo con la provocación–, el hombre decide apostarlo todo a la triple promesa francesa de igualdad, fraternidad y la tan cacareada libertad. Para ello, jura no volver a pronunciar jamás una sola palabra en hebreo.

Sinónimos: Un israelí en París se mueve con la inseguridad de quien teme estar destruyendo las reglas gramaticales que está empleando. En este sentido, su actor protagonista, Tom Mercier, da una lección magistral de adaptación a un medio en el que, para hacer la jugada aún más redonda, es un recién llegado. Su acento, su gesticulación, su caligrafía, su mirada… todo lo que propone su cuerpo es el fiel reflejo de una película que observa con la curiosidad, el arrojo y el miedo de quien apenas está aprendiendo a observar. Sinónimos: Un israelí en París surge del desarraigo, de la pérdida de una identidad que exige ser sustituida por otra, pese a la resistencia de la memoria. La película se articula a través de la invocación de los recuerdos del protagonista: historias de argumento y naturaleza imprevisibles. En una escena, presenciamos una revolución fallida en una embajada de Israel; en la siguiente, una metralleta se pone a cantar el tema Sympathique, de la orquesta Pink Martini.

El resultado de todo esto es tan estimulante como potencialmente frustrante, pues en muchas ocasiones Lapid parece dirigirse exclusivamente a los suyos, o a él mismo… quizás para no olvidar. Dicho de otra manera, Sinónimos: Un israelí en París se formula como un video-collage memorístico en el que el autor parece emular al mejor Nanni Moretti. La narración luce como una amalgama de momentos que se vivieron, que se desearía haber vivido y que se están viviendo. El director y Yoav se desnudan por igual para desnudar aquello que están mirando. Sinónimos: Un israelí en París no se conforma con ser un diario autobiográfico, sino que aspira a hablar en plural gracias a la universalidad de sus temas y a la importancia geopolítica de un escenario que deviene personaje. La Marsellesa se canta descompasadamente, con acento vietnamita, se suceden las carreras en el metro con sirenas de fondo y el laicismo se destapa como otra religión con posibles derivaciones fanáticas. Francia, ese melting pot, como vanguardia de Europa; como banco de pruebas de un mundo que debe mostrarse responsable ante su obligación casi moral de acoger, y de entender que todo ser humano es sinónimo del que está a su lado. Escrito por Víctor Esquirol.

Trailer



martes, 19 de octubre de 2021

19oc21:Aliados

Martes a las 20.00 horas. Entrada $ 150.  Socios gratis. 

Título original Allied

Año 2016

Duración 124 min.

País Estados Unidos

Dirección Robert Zemeckis

Guion Steven Knight

Música Alan Silvestri

Fotografía Don Burgess

Reparto Brad Pitt, Marion Cotillard, Jared Harris, Daniel Betts, Lizzy Caplan, August Diehl, Simon McBurney, Thierry Frémont, Matthew Goode, Anton Lesser, Marion Bailey, Camille Cottin, Charlotte Hope

Productora Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; GK Films, Paramount Pictures

Género Thriller. Drama. Romance | Años 40. II Guerra Mundial. Espionaje

Calificación + 12

Sinopsis Año 1942 en el protectorado francés de Marruecos, durante la Segunda Guerra Mundial. Max (Brad Pitt) es un espía canadiense del bando aliado que llega a Casablanca y se hace pasar por marido de Marianne (Marion Cotillard), una francesa miembro de la resistencia con buenas relaciones con el régimen de Vichy. Ambos deberán cumplir una peligrosa misión en el norte de África por órdenes de Londres. (FILMAFFINITY)

Premios 2016

Premios Oscar: Nominada a mejor vestuario

Premios BAFTA: Nominada a mejor diseño de vestuario

Critics Choice Awards: Nominada a mejor vestuario

Satellite Awards: Nominada a mejor dirección artística y mejor sonido

Crítica:

'Aliados' es una película testarudamente anclada en el pasado, y no solo por la meticulosidad con la que reconstruye ciudades devastadas por la batalla en los años cuarenta sino sobre todo porque la película misma es, deliberadamente, algo parecido a una reliquia: el tipo de 'thriller' que solía hacerse hace siete décadas, lleno de amores y traiciones y hombres y mujeres glamurosos que pretenden ser gente que no son y luego descubren haberse convertido en aquello que fingían ser, y mientras eso sucede, ninguna identidad está libre de sospecha.


En concreto, a juzgar por su premisa, 'Aliados' parece tratar de posicionarse como una variación de 'Casablanca' (1942) —nadie podrá acusar al director Robert Zemeckis de no ponerse el listón alto—. Su peripecia argumental arranca precisamente en 1942 en Casablanca, adonde dos asesinos letales han sido enviados para hacerse pasar por un matrimonio de simpatizantes nazis y usar esa fachada para matar a un embajador alemán y a cualquiera que luzca un brazalete con la esvástica estampada. Él, Max (Brad Pitt), es un operativo quebequés empleado por la Inteligencia británica; ella, Marianne (Marion Cotillard), es miembro de la resistencia francesa.

La regla de oro que ambos acuerdan es que su relación no debería ir más allá de lo puramente profesional, pero dos personas tan listas deberían saber que nadie pagará 10 euros para ver a Pitt y a Cotillard en pantalla manteniendo las distancias. De modo que la relación entre ellos se pone más caliente que el siroco. En vísperas de su misión mortal, conducen hasta las dunas y dan rienda suelta a la pasión en el asiento delantero, la cámara dando giros febrilmente a su alrededor mientras, fuera del coche, una tormenta de arena toscamente generada por ordenador funciona como metáfora del fragor sexual —o del cabreo que debió de agarrarse Angelina al ver la escena—. Ese momento es ejemplar por el modo en que se sitúa a medio camino entre el retrato de emociones y el despliegue técnico; y ahí, de entrada, radica uno de los problemas de 'Aliados'. Lo que quizá debería haber sido una mirada privada e íntima a los engaños que se acumulan en un tiempo de guerra y en un matrimonio, se ve inflado, por la necesidad de atraer al cine a amantes del 'blockbuster', a base de aparatosos efectos especiales, que tan bien encarna otra escena en la que un avión se estrella arbitrariamente cerca de la casa londinense que, 45 minutos de metraje después, Marianne y Max comparten.

 Max (Brad Pitt) es un operativo quebequés empleado por la Inteligencia británica; ella, Marianne (Marion Cotillard), es miembro de la resistencia francesa Porque, una vez completada su misión, los espías deciden transformar su matrimonio de pega en uno de verdad, y 'Aliados' deja de ser cine de acción para convertirse en un retrato de domesticidad en tiempos de guerra. Después tienen un hijo. Y, después, Max es informado de que Marianne es sospechosa de trabajar para los nazis. Y de que, si esas sospechas resultan confirmarse, él mismo tendrá que matarla. Devastado, inicialmente no da crédito a las acusaciones pero, poco a poco, empieza a preguntarse si ella ha estado engañándole desde el principio. Y, mientras lo observa, la película trata de ilustrar cómo la duda puede envenenar toda relación sentimental, pero especialmente una entre personas que se ganan la vida mintiendo y matando. Al tiempo que Max emprende una serie de misiones secretas para limpiar el nombre de su esposa y se ve situado en medio del conflicto entre su deber patriótico y su amor familiar, 'Aliados' establece parentescos con títulos de Hitchcock como 'Sospecha' (1941) y 'Encadenados' (1946). Lástima que, por muchos trucos que maneje para generar tensión, Zemeckis no sea ningún maestro del suspense. Alejandro Alegré en El Confidencial


Trailer



 

12 oct21: El buen mentiroso

 

Título original The Good Liar

Año 2019

Duración 109 min.

País Estados Unidos

Dirección Bill Condon

Guion Jeffrey Hatcher. Novela: Nicholas Searle

Música  Carter Burwell

Fotografía Tobias A. Schliessler

Reparto Helen Mirren, Ian McKellen, Russell Tovey, Jim Carter, Mark Lewis Jones, Jóhannes Haukur Jóhannesson, Phil Dunster, Laurie Davidson, Michael Culkin, Aleksandar Jovanovic, Athena Strates, Bessie Carter, Celine Buckens, ver 9 más

Productora Bron Studios, New Line Cinema, Creative Wealth Media Finance. Distribuidora: Warner Bros.

Género Intriga. Drama. Comedia | Comedia dramática. Crimen

Calificación + 12

Sinopsis Roy Courtnay (Ian McKellen) es un estafador profesional que no puede creer su suerte: ha conocido online a la adinerada viuda Betty McLeish (Helen Mirren). A medida que ella le abre su corazón, Roy se sorprende a sí mismo al darse cuenta de que alberga sentimientos hacia ella, convirtiendo lo que debería ser una estafa fácil y sencilla en una de las situaciones más complejas de su vida. (FILMAFFINITY)

Premios 2019

Satellite Awards: Nominada a mejor actriz (Helen Mirren)

Crítica

Dos ancianos se comunican a través de una aplicación de citas online, se encuentran en un restaurante y en la charla admiten que han “maquillado” un poco la información. Inician luego una suerte de sereno romance, comparten algunas “inversiones” (de él sabremos enseguida que es un estafador profesional) y, a partir de entonces, comenzará una serie de sorpresas que, como en todo buen thriller, es mejor no anticipar.

No es novedad (teniendo en cuenta incluso el título de la película) que los juegos de seducción, la mentira, el engaño, las confabulaciones, las trampas cruzadas y ciertos hechos del pasado que regresan al presente en forma de venganza estarán en el centro de la escena de este film dirigido con mucho oficio y bastante eficacia por el prolífico y ecléctico realizador de Dioses y monstruos, Kinsey: El científico del sexo, Soñadoras: Dreamgirls, El quinto poder, La Bella y la Bestia, Mr. Holmes y hasta dos entregas de la popular saga Crepúsculo / Amanecer.

Y tampoco es novedad que, para sostener este duelo casi siempre circunscripto a dos personajes, este juego de gato y ratón (en el que nunca se sabe a ciencia cierta quién es quién), se necesitaban dos intérpretes de la experiencia, el aplomo, la ductilidad y la solvencia de Ian McKellen y Helen Mirren. Es cierto que hay buenos aportes secundarios de Jim Carter (el asesor financiero del Roy Courtnay de McKellen) y de Russell Tovey (el nieto de la Betty McLeish de Mirren), pero El buen mentiroso -que bebe de las fuentes de Patricia Highsmith, John le Carré y David Mamet- se termina sobreponiendo a algunas dosis de crueldad y a ciertos subrayados en su estructura de thriller psicológico con ínfulas moralistas gracias a dos intérpretes sabios, nobles y virtuosos, pero que jamás necesitan regodearse en su indudable capacidad expresiva. Escrito por Diego Batlle

martes, 5 de octubre de 2021

05oct21: Los Miserables

 


Título original  Les Misérables

Año 2019

Duración  102 min.

País Francia

Dirección Ladj Ly

Guion Ladj Ly, Giordano Gederlini, Alexis Manenti

Música Pink Noise

Fotografía Julien Poupard

Reparto Damien Bonnard, Alexis Manenti, Djibril Zonga, Jeanne Balibar, Steve Tientcheu, Issa Perica, Al-Hassan Ly, Almamy Kanoute, Nizar Ben Fatma, Raymond Lopez, Luciano López, Jaihson Lopez, Sana Joachaim, ver 7 más

Productora Lily Films, Rectangle Productions, Srab Films, Canal+, Le Pacte, Ciné+, Wild Bunch, Lyly Films, Région Ile-de-France, Cinéfeel, ver 4 más

Género Thriller. Drama | Policíaco

Calificación + 16

Sinopsis El policía Stéphane Ruiz acaba de unirse a la BAC, la Brigada de Lucha contra la Delincuencia de Montfermeil, un suburbio al este de París. Allí conoce a sus nuevos compañeros, Chris y Gwada, dos agentes experimentados en las enormes tensiones que existen entre los distintos grupos organizados que operan por el control del problemático barrio.

Premios 2019-20

Premios Oscar: Nominada a Mejor película internacional

Globos de Oro: Nominada a Mejor película de habla no inglesa

Premios BAFTA: Nominada a mejor película en habla no inglesa

Festival de Cannes: Premio del Jurado (ex-aequo)

Premios del Cine Europeo: Premio Discovery. 3 nominaciones

4 Premios César: Mejor película, actor revelación, montaje, premio del público

Critics Choice Awards: Nominada a Mejor película de habla no inglesa

Premios Independent Spirit: Nominada a Mejor película extranjera

Premios Goya: Mejor película europea

Círculo de Críticos de San Francisco: Nom. a Mejor película de habla no inglesa

Satellite Awards: Nominada a Mejor película internacional

British Independent Film Awards (BIFA): Nom. mejor película intern. independiente

Premios David di Donatello: Nominada a mejor película extranjera

Crítica

En la novela de Víctor Hugo "Los miserables", Montfermeil es el lugar donde el protagonista, Jean Valjean, encuentra por primera vez a Cosette, la niña explotada a la que toma bajo su protección como si fuera su propia hija. En 2019, es un superpoblado municipio francés, en la región de Île-de-France, a pocos kilómetros del centro de París. Tantos años después, los miserables que la habitan ahora son muy similares a los de entonces. Sus heridas son, desde luego, muy parecidas. Y la característica suburbial del territorio no ha cambiado. Ladj Ly, de padres malienses e instalado en Francia, lo muestra con suma contundencia en esta película que sigue los pasos de tres policías que viven su particular guerra cotidiana.

Montfermeil vive turbiamente, en una mezcolanza de ciudadanos, jóvenes callejeros, grupos de delincuentes, un latente integrismo islámico… El ruido y la furia. Y la euforia por celebrar el triunfo en el Mundial de fútbol que hace que una oleada de jóvenes se lance a las calles. Están unidos por el balón, con un cierto sentimiento de pertenencia a una patria que dista mucho de reconocerlos. Porque todos estos jóvenes también están asociados en la miseria y la marginación. Y estas no viven solo durante el entusiasmo de un día. Terminada la fiesta, han de volver a su lugar, es decir, a la 'banlieue'. Y los habitantes de Montfermeil y los policías que lo patrullan solo necesitan de una excusa para chocar.

Ladj Ly se revela como un narrador impecable, no tanto como un cineasta reflexivo. Las imágenes de "Los miserables" arden en la pantalla gracias a un montaje frenético y a una puesta en escena tan exaltada como furibunda. Cuando la violencia estalla (y desde el principio somos conscientes de que lo hará), Ly se hace fuerte en los códigos del thriller urbano y los alborota con saña. Su cámara persigue las imágenes más impactantes y desprende una inusitada potencia gracias a unos travellings vertiginosos, a un uso ejemplar del movimiento dentro del plano y a la utilización de pequeños zooms que aportan no solo un aire de reportaje al relato, sino también la electricidad de la inmediatez, de la captura frenética. El nervio visual de Ly, más llamativo aún por tratarse de un debutante, desvela que su mirada es la de un cineasta de fuste.

No anda lejos de la maestría un guion que maneja gran cantidad de personajes que nacen de la veracidad, del trazo sencillo, apresados con la certidumbre de quien se siente cerca de sus postulados vitales, de quien conoce su realidad. Y no está al alcance de cualquiera la carga de profundidad que acumulan unos diálogos envueltos en autenticidad.

Cierto es que, por otro lado, Ladj Ly apunta a muchos frentes y no hace blanco en todos ellos. A su inmersión social le sobra capacidad corrosiva, pero le falta poso. En su retrato se echa de menos la meditación sobre los cimientos de una sociedad insolidaria, enfangada en la enfermedad del odio, en el pavor ante el diferente. El drama social que viven las 'banlieues' tiene muchos pliegues y "Los miserables" horada solo en algunos. No obstante, entre el tremendismo de sus imágenes, Ly se esfuerza en no caer en lo maniqueo. En su universo urbano, los policías no son unos sujetos sedientos de sangre (entre ellos, queda claro que hay disparidad de pareceres y comportamientos). Tampoco son un magma uniforme los menesterosos habitantes de Montfermeil. Pero en la excitación de su retrato, la película quizá encuentra una excusa para no sumergirse en causas, principios y preguntas.

En cualquier caso, “Los miserables” es un notable ejemplo de cine comprometido, de cine aguerrido, que encuentra en el combate un arma para recrear la realidad desde la mirada incómoda de quien no contemporiza, de quien no se amolda a ritmos visuales convencionales ni a proposiciones acomodadas. Y el hecho de que, en pleno 2019, un cineasta se acuerde de la novela de Víctor Hugo (y no para convertirla en un aparatoso musical), ha de ser visto, por fuerza, con tanta simpatía como interés. Escrita por Miguel Ángel Palomo (FilmAffinity)

Trailer



Programación octubre 21

 



martes, 28 de septiembre de 2021

28set21: Sound of metal



Título original Sound of Metal

Año 2019

Duración 120 min.

País Estados Unidos

Dirección Darius Marder

Guion Darius Marder, Abraham Marder

Música Nicolas Becker, Abraham Marder

Fotografía Daniel Bouquet

Reparto Riz Ahmed, Olivia Cooke, Paul Raci, Mathieu Amalric, Tom Kemp, Bill Thorpe, William Xifaras, David Arthur Sousa, Michael Tow, Marisa Defranco, Lauren Ridloff, Jamie Ghazarian, Chris Perfetti, Hillary Baack, Chelsea Bond

Género Drama | Música. Discapacidad. Discapacidad auditiva. Cine independiente USA

Calificación +16

Sinopsis Narra la historia de un joven batería de una banda de música que comienza a perder la audición. (FILMAFFINITY)

Premios

2020: Premios Oscar: Mejor montaje y sonido. 6 nominaciones

2020: Globo de Oro: Nominada a mejor actor drama (Riz Ahmed)

2020: Premios BAFTA: Mejor montaje y sonido

2020: National Board of Review (NBR): Top 10, mejor actor (Ahmed) y secundario

2020: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año

2020: Critics Choice Awards: Mejor montaje (ex aequo). 5 nominaciones

2020: Premios Independent Spirit: Mejor ópera prima, actor y actor secundario

2020: Asociación de Críticos de Los Angeles: Nom. a mejor actor (Ahmed) y actor sec.

2020: National Society of Film Critics: Mejor actor secundario (Paul Raci). 2 nom.

2020: Sindicato de Productores (PGA): Nominada a mejor película

2020: Sindicato de Directores (DGA): Mejor dirección novel

2020: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a mejor guion original

2020: Sindicato de Actores (SAG): Nominada a mejor actor (Riz Ahmed)

2020: Asociación de Críticos de Boston: Mejor actor de reparto (Raci). 2 nominaciones

2020: Asociación de Críticos de Chicago: Mejor actor secundario (Raci). 3 nominaciones

2020: Premios Gotham: Mejor actor (Riz Ahmed)

2020: Satellite Awards: Mejor actor (Ahmed) y sonido. 4 nominaciones

 

Crítica:

Nominado a varios Oscar en este 2021, obtuvo los de Mejor Sonido y Mejor Edición, solo por señalar uno de los reconocimientos de mayor popularidad. Su actor principal también ha obtenido diversas distinciones. Es el debut en el largometraje de ficción de Darius Marder; un filme que luce honesto y sensible y que destaca por su minucioso, expresivo y elocuente trabajo sonoro.

La compasión se define como ese sentimiento de pena, ternura e identificación que nos puede generar el sufrimiento, o sufrimientos, de otra persona. La empatía, por su parte, dice de la capacidad de identificarnos con alguien para llegar a compartir sus sentimientos. Estos sentimientos no están definidos, por lo que podemos asumir que trascienden lo estrictamente vinculado al padecimiento de algún mal y pueden también vincularse a las alegrías de ese otro individuo.

Si bien nos encontramos atravesando un período en el que el término empatía ha pasado a ser una suerte de muletilla en todo aquel que brinda consejo, ya sea por profesión o corazón, y ha pasado a figurar en toda receta del buen individuo como una suerte de mandamiento, lo cierto es que, más allá de buenas intenciones, lograrla se asemeja más a un deseo intelectual que a una realidad factible de ser constatada. Tal vez su puesta en boga, y la insistencia con que solemos escucharla en la actualidad, tenga más que ver con lo que no podemos que con lo que podemos lograr. De allí la necesidad de ponerla sobre la mesa una y otra vez. Mirar alrededor parecería suficiente para entender de lo que no somos capaces. “Ponerse en los zapatos del otro” solo es posible sin el otro en ellos, lo que lo correría del centro, del foco de atención, pasando a ocuparlo yo mismo, una vez más.

Más allá de estas vanas disquisiciones, lo cierto es que nos considero más proclives a vivir el sentimiento de la compasión que el seguramente más completo y loable de la empatía, aun deseando la consecución de este más que de aquel y, sin por ello, cargar de negatividad al primero.

Creo que esto es lo que consigue El sonido del Metal, de forma honesta y sensible: que nos identifiquemos desde la pena y la ternura con un personaje sufriente. Y para llegar a identificarnos, debemos poder experimentar algo similar al padecimiento señalado. Esto es lo que logra Darius Marder -y equipo- a través del minucioso, expresivo y elocuente trabajo de sonido. Aun sin conocer si es efectivamente así el mundo de los sordos o, al menos, ciertos aspectos del mundo de los sordos, El sonido del Metal lo torna verosímil y lo transforma en una experiencia compartida. Una experiencia a través de la cual llegar a asir, de algún modo, aunque más no sea por un ratito, por un cachito de tiempo, la pérdida de la audición, el sufrimiento que genera y las consecuencias que trae aparejada. Del intento de asunción de dicha pérdida y su posible, quizá imprescindible, reelaboración y resignificación, nos hablará El sonido del Metal. En el camino, también será capaz de abordar otras cuestiones.

Esas otras cuestiones estarán vinculadas a las características de vida de nuestro personaje central: Ruben (Riz Ahmed, preciso y contundente), a su insospechada y frustrante sordera, y a su entorno inmediato, el que se ampliará a partir de la dolorosa novedad.

Ruben es baterista de una banda de Heavy Metal que comparte con su pareja Lou (Olivia Cooke). Viven juntos en una casa rodante: un largo bus que también cuenta con todos los instrumentos y equipos de sonido necesarios para llevar a cabo su arte, y que les permite girar con su música a lo largo y ancho del país. Ambos cargan historias de vida complejas e intentan alejarse de las adicciones y la autoflagelación. Dicen haberse “salvado” el uno al otro. Ruben lleva cuatro años rehabilitándose.

Su repentina pérdida del oído lo hará trastabillar. La consulta por un trasplante lo sitúa en su realidad económica; es imposible de afrontar. Confusión y desesperación lo hacen estallar. Viejos fantasmas lo cercarán, Lou temerá por ambos y lo convencerá de intentar “refugiarse” en un centro de rehabilitación para sordos -una combinación ciertamente inédita para los ojos de este comentador-. Nada será fácil para Ruben. Lou debe partir; lo estrecho de su vínculo debe interrumpirse. Ya nada será igual, no solo en materia de audición.

A partir de allí, asistiremos al intento de asunción de su sordera, al acercamiento al universo de la lengua de señas, a su lucha contra ese “exterior” de su nueva comunidad del que, cual adicción, parece no poder desprenderse, al descubrimiento de que el ritmo también puede comunicarlo con niños y compañeros de ruta, al acercamiento a nuevas formas de canalización de la ira y el desasosiego, a su pelea contra ellas, al descubrirse importante para otros, a que no sea suficiente, a su demanda de más y más, a su querer “volver”. Vaivenes de un proceso doloroso, aunque siempre vital. En su nuevo micromundo se lucha todos los días contra la idea de la sordera como una discapacidad, algo que haya que reparar; es necesario recordarlo cotidianamente. Ruben no logra terminar de comprenderlo, por lo que aparecerán nuevos conflictos.

La estructura de El sonido del Metal responde a convenciones e historias conocidas; sin embargo, la ausencia de melodrama, de épica de superación, de paternalismos, de juicios categóricos, la tornan cercana y convincente, repleta de humanidad. El trabajo sonoro, que nos conduce desde el sonido natural del oído hasta el absolutamente artificial del implante, atravesando una sordera del setenta y cinco por ciento y hasta la sordera absoluta, le otorgan la dimensión de lo vivencial. El trabajo de Ahmed, cargado de matices en los movimientos de su cuerpo, en su mirada, en su voz, completan el cuadro de verosimilitud, expresividad y sencillez necesarias para obtener nuestra identificación.

Ruben deberá lidiar con su nueva condición. Lo hará entre la resistencia y la aceptación, entre la resignación y el aprendizaje significativo. La presencia de nuevas ausencias y la ausencia de viejas certezas lo llevarán a replantearse su ser en el mundo. Entre los monitores intrauditivos, propios de una noche de concierto, y los implantes cocleares que intentan colaborar en la audición hay tanta diferencia como entre el sonido del metal propio del género musical y el sonido metalizado característico de las señales eléctricas en las que se trocan las señales acústicas y que estimulan el nervio auditivo para permitir cierta escucha.

Dentro de dicha búsqueda angustiante, el silencio también puede ser una opción a considerar.

Andrés Vartabedian (Revista Digital Vadenuevo, 02/06/2021)

Trailer: