Sinopsis Diez años después de ganar un título mundial de
fisiculturismo, Antonio Osta (43) vive austeramente con su hijo Juanjo (17) en
el pueblo rural donde nació. Arrastrando un problema renal severo, está
atrapado en el limbo entre su pasado de gloria y la imposibilidad de volver a
ser quien fue. A través de una historia centrada en el vínculo padre-hijo, El
campeón del mundo propone un retrato humano sobre las masculinidades y las
cicatrices del triunfo. (FILMAFFINITY)
Crítica:
Diez años después de ganar un título mundial de
fisiculturismo en Rusia y haber sido una estrella de su deporte en México,
Antonio Osta (43) vive austeramente en el pueblo rural de Uruguay donde se
crió. Ahí convive con su hijo Juanjo (17), un adolescente sensible que lo
acompaña y lo confronta sin tapujos. Arrastrando un problema renal severo que
le impide volver a competir, Antonio está atrapado en el limbo entre su pasado
de éxito y la imposibilidad de volver a ser quien fue. Sin embargo, no está
dispuesto a cambiar su estilo de vida aún a riesgo de perderla. Buscando
reinventarse, con la esperanza de ofrecerle un futuro mejor a su hijo, Antonio
planea regresar a México, donde quizás pueda revivir sus días de gloria.
Los directores Federico Borgia y Guillermo Madeiro han
contado que conocieron a Antonio en 2013, mientras buscaban un actor con sus
características físicas para su primer largometraje de ficción. Debía ser un
forzudo enorme y, al mismo tiempo, un alma sensible y frágil. Encontraron en
Osta lo que buscaban, pero pronto entendieron que el hombre era más interesante
que la ficción que habían imaginado, A partir de ahí, el documental surgió casi
naturalmente.
“Nuestra motivación para hacer esta película surge del
magnetismo de Antonio Osta, de la pura intuición y convicción de que era un
gran personaje para una película.”, explican los cineastas. * “La obra nace a
partir del vínculo entre Antonio y nosotros, pero termina siendo consecuencia,
sobre todo, del proceso creativo y emocional que vivimos al enfrentarnos a los
hechos que el mundo que decidimos retratar nos puso delante”. Extraido de cinemateca.org.uy
Martes y viernes a las 20.00 horas. Entrada: $ 150, socios gratis.
Título original Quién te cantará
Año 2018
Duración 125 min.
País España
Dirección Carlos Vermut
Guion Carlos Vermut
Música Alberto Iglesias
Fotografía Eduard Grau
Reparto Najwa Nimri, Eva Llorach, Carme Elías, Natalia de
Molina, Julián Villagrán, Vicenta N'Dongo, Inma Cuevas, Ignacio Mateos,
Catalina Sopelana
Género Drama. Intriga | Música. Melodrama
Clasificación: + 16
Sinopsis Lila Cassen (Najwa Nimri) era la cantante española
con más éxito de los noventa hasta que desapareció misteriosamente de un día
para otro. Diez años después, Lila prepara su triunfal vuelta a los escenarios
pero, poco antes de la esperada fecha, pierde la memoria al sufrir un
accidente. Violeta (Eva Llorach) vive dominada por su conflictiva hija Marta
(Natalia de Molina). Cada noche escapa de su realidad haciendo lo único que la
hace feliz: imitar a Lila Cassen en el karaoke donde trabaja. Un día Violeta
recibe una fascinante propuesta: enseñar a Lila Cassen a volver a ser Lila
Cassen. (FILMAFFINITY).
Premios 2018
Premios Goya: Mejor actriz revelación (Llorach). 7
nominaciones
Premios Feroz: Mejor actriz (Llorach), música, tráiler y
cartel. 8 nominaciones
Festival de San Sebastián: Sección Oficial, Premio Feroz Zinemaldia
Premios Forqué: Mejor actriz (Eva Llorach)
Premios Gaudí: Nominada a mejor actriz (C. Elías),
fotografía y dir. Artística
Crítica: En concreto es la historia de Lila, una cantante
aquejada de amnesia tras un intento de suicidio e incapaz de reconectar con lo
que la condujo al estrellato; y también la de su fan más ferviente, Violeta,
una madre soltera que trabaja en un bar para mantener a su abusiva hija y que
es contratada para enseñar a Lila a volver a ser Lila. A medida que ambas
mujeres trabajan juntas, los límites entre sus respectivas personalidades se
difuminan, y va emergiendo una estrella del pop que quizá ya no sea la Lila del
pasado.
Mientras desarrolla esa relación simbiótica, Vermut habla de
relaciones maternofiliales complejas y deseos soterrados y otros temas que el
madrileño ya trató en Diamond Flash y Magical Girl, pero tratándolos solo como
meros apuntes. En realidad, Quién te cantará muestra menos interés real en la
exploración psicológica o emocional que en funcionar a la manera de un
artefacto narrativo. Y eso queda claro no solo por su citada condición de
pastiche sino también porque en su conjunto da la sensación de haber sido
diseñada prestando más atención a una colección de piezas y mecanismos que al
todo dramático que esas piezas y esos mecanismos conforman, en parte porque
cada simetría y cada metáfora del relato resultan excesivamente obvias y
forzadas.
Y pese a ello, en todo caso, Quién te cantará se las acaba
arreglando para ofrecer una reflexión intrigante y a ratos fascinante sobre lo
que nos hace ser lo que somos, y sobre cómo nuestra identidad se va
reconfigurando a partir de lo que consumimos y aquellos a quienes imitamos; y
sobre cómo, pese a lo desoladora que pueda parecer, la fanática idolatría puede
proporcionar un propósito a las vidas de quienes la practican.
Guion Olivia Neergaard-Holm, Sebastian Schipper (Historia:
Sebastian Schipper, Olivia Neergaard-Holm, Eike Frederik Schulz)
Música Nils Frahm
Fotografía Sturla Brandth Grøvlen
Clasificación: S/D
Reparto Laia Costa, Frederick Lau, Franz Rogowski,
Maximilian Mauff, Burak Yigit, Nadja Laura Mijthab
Género Thriller. Drama | Robos & Atracos
Clasificación: + 16 años
Sinopsis Rodada en un único plano secuencia, el film tiene como
escenario el famoso barrio berlinés de Kreuzberg. La cámara es testigo de todo
lo que le pasa a la joven Victoria, una joven española de Berlín, durante dos
horas de su vida: desde las cuatro de la mañana hasta las seis: desde que
conoce a cuatro jóvenes para los que la noche acaba de empezar, y cómo en ese
breve periodo de tiempo le suceden cosas que darán un giro total a su vida.
(FILMAFFINITY)
Premios 2014-15
Festival de Berlín: Contribución artística
sobresaliente (ex-aequo)
Premios del Cine Europeo: Nom. a Mejor película,
director y actriz (Costa)
Festival de Sitges: Sección oficial largometrajes
6 Premios Lola Cine Alemán, inc. mejor película,
director, actor y actriz
Premios Gaudí: Mejor actriz (Laia Costa)
Critica:
“Victoria” cuenta la historia de una chica madrileña de
dicho nombre, que a la salida de un boliche conoce a un grupo de chicos que
harán que su estadía en Berlín cambie para siempre. Ya desde el comienzo, y
sobre todo a partir del encuentro con los alemanes, uno sospecha que las cosas
no resultarán bien para Victoria. Y efectivamente el momento de fiesta se va a
ver teñido por una deuda del pasado de uno de los chicos del grupo. Aunque al
principio la historia parezca ir por un rumbo (con un ritmo más lento y toques
de comedia romántica), termina dando un giro hacia el suspenso y la acción.
“Victoria” nos mantiene tensos y al borde del asiento en
todo momento. Al principio porque creemos que en cualquier momento pasa algo, y
después, porque no dejan de pasar cosas, atrapándonos completamente.
Una de las particularidades de la película es que está
filmada con un solo plano secuencia, algo original que pudimos ver también en
el film ganador del Oscar, “Birdman”. Y está realizado con mucha perfección; se
nota el trabajo detrás, ya que filmar 140 minutos de una vez (aunque se
realizaron tres tomas distintas para terminar eligiendo una) y que salga bien
es algo complejo. Esto permite además que el relato se vuelva muy dinámico,
intenso y frenético y que nos veamos involucrados también desde la fotografía.
Con respecto a las actuaciones, todo el elenco se encuentra
muy correcto. Cada personaje tiene un estilo distinto, con un momento en el
cual se destaca. Pero sin duda los protagonistas son los que más resaltan en el
film. A Frederick Lau, quien interpreta a Sonne, el líder de la banda, lo pudimos
ver en otra película alemana “La Ola”, donde realiza un impecable labor y en
este film se encuentra nuevamente a la altura; mientras que Laia Costa, quien
encarna a Victoria, compone un gran personaje, donde el hecho de conocer a
alguien luego de tres meses de soledad en un país extranjero puede más que
cualquier acto ilegal a punto de cometer. Laia muestra una fortaleza en
Victoria, que frente a los peores momentos es la persona del grupo que se
mantiene más entera y racional, pero que también presenta una gran
vulnerabilidad y frustración.
Joyas como esta, que nos ofrecen una historia fuerte,
intensa y atrapante, bien construida, filmada con excelencia, con grandes
actuaciones y que no podes sacarle los ojos de encima, valen la pena mirar.
Reparto
Armie Hammer, Dev Patel, Jason Isaacs, Nazanin Boniadi, Angus McLaren, Anupam
Kher, Natasha Liu Bordizzo, Tilda Cobham-Hervey, Suhail Nayyar, Rodney Afif,
Zenia Starr, Nagesh Bhonsle, Sachin Joab, Alex Pinder, Adithi Kalkunte, Gaurav
Paswala, Ansuya Nathan, Yulian Shchukin, Abhiroy Singh, Devyani Cm
Género Thriller. Drama | Basado en hechos reales.
Terrorismo. Secuestros / Desapariciones
Clasificación: +18
Sinopsis Mumbai, 2008. Los huéspedes del hotel Taj Mahal
Palace viven momentos de terror. Un grupo de terroristas paquistaníes invade el
lugar y mantiene a las personas como rehenes durante 68 horas. Desesperados, un
grupo de funcionarios y huéspedes toman coraje para intentar revertir la
situación. (FILMAFFINITY)
Crítica:
El 26 de noviembre de 2008, la
ciudad de Mumbai se vio aterrorizada por una serie de ataques coordinados,
perpetrados por diez jóvenes paquistaníes que, según se supo después, habían
sido entrenados por la organización yihadista Lashkar-e-Taiba. Del total de 12
incidentes en distintas partes de la ciudad, el que más se prolongó y generó la
mayor cantidad de víctimas fue el copamiento del lujoso hotel Taj por cuatro de
los terroristas, con la intención de matar a todos los que estuvieran allí
(unos cientos de personas). Luego de muchísimas horas y más de 30 muertos, las
fuerzas especiales de seguridad de India finalmente llegaron al lugar, lograron
tomarlo y matar a los asesinos.
Esta es por lo menos la quinta
película de ficción sobre estos ataques (y la segunda producida principalmente
en Australia), pero fue la que tuvo la distribución internacional de mayor
alcance, probablemente debido a la participación de Estados Unidos en la
producción. Hotel Mumbai muestra el arribo del grupo de terroristas en una
lancha inflable a una playa de Mumbai, da una primera idea de la extensión de
los ataques, ejemplificados en las masacres en la estación de tren Chhatrapati
Shivaji, en el café Leopold y en algunos de los ametrallamientos aleatorios de
peatones en las calles, hasta que se concentra en el espacio amplio pero
confinado del hotel.
Por un lado, la película integra
una especie de género más o menos reciente, que es la reconstitución
históricamente fiel de ataques terroristas (se puso de moda con Vuelo 93, de
Paul Greengrass, 2006, aunque ya existía antes). Pero está mezclada con un
componente mucho más banal de cine catástrofe, trabajado de una manera bien
elemental. Así que la película empieza describiéndonos los distintos personajes
que luego servirán de focos de identificación y para llevar adelante las líneas
de acción concomitantes (y que a veces convergen y luego vuelven a divergir).
Mientras la música boba intenta manipularnos con sus clichés para orientarnos
con respecto a lo tierno, lo preocupante, lo ominoso o lo muy dramático, vemos
a Arjun y sabemos que es bueno, porque está interpretado por la estrella
internacional Dev Patel –quien, de por sí, ya tiene tremenda cara de bueno–,
porque cuida a su hijito chico y su mujer, muy dulce, está embarazada. En el
correr de la película todo lo que hará el personaje será generoso, corajudo,
correcto, diplomático (véase la manera como lleva adelante la situación con la
señora inglesa asustada por su exótico turbante de sij). Vemos también a la
pareja de turistas con un bebito y la niñera. Vemos la eficacia y dedicación
del personal del hotel, encarnado sobre todo en el jefe de cocina (el 501er rol
cinematográfico del venerable ícono de Bollywood Anupam Kher, con el carisma
habitual). La película tiene toda la apariencia de haber contado con un fuerte
apoyo económico del grupo Taj, porque insiste en mostrar las bellezas del
hotel, la dedicación del personal y, en el epílogo, dedica unos minutos a
mostrar que todo lo que vimos destruirse se reconstituyó y ahora está
funcionando de vuelta a las mil maravillas. Además la película, si no me falló
la atención, omite toda referencia a la competencia (el hotel Oberoi Trident,
atacado al mismo tiempo que el Taj).
Hay otros aspectos de la película
que están simplificados. El ataque al Taj se extendió por tres noches y dos
días (de las 23 horas del 26 de noviembre a la mañana del 29), y aquí se
condensa en una noche terrorífica, lo cual queda mucho más cinematográfico. Más
allá de la banalidad de los recursos de cine catástrofe, en términos generales
informa sobre un episodio terrible que aquí no se difundió tanto y mayormente
cayó en el olvido, y además genera un clima muy angustioso referido a lo
caótico de verse atrapado en un episodio como estos sin entender bien qué está
pasando, y lo terrorífico que es enfrentar a gente que se planta por fuera de
los paradigmas de conducta que hacen al mundo vivible (empatía, propósitos
desde los cuales uno podría llegar a negociar, apego a la propia vida,
etcétera).
Más allá del costado cine
catástrofe, la película esquiva elementos de acción heroica. No hay ningún
Bruce Willis entre los huéspedes o empleados del hotel. Los heroísmos son del
tipo más modesto (prescindir de la oportunidad de huir para ayudar a otros,
intentar establecer la calma) y, al parecer, responden más o menos a hechos que
sí ocurrieron.
Lo interesante es que se esquivan
maniqueísmos fáciles. Los terroristas se muestran como religiosos sinceros (uno
de ellos se rehúsa a revisar el sutién de una mujer a la que acaba de fusilar),
y la película insiste en mostrar que se trata de gente oriunda de una vida
miserable, que jamás había tenido contacto, por ejemplo, con un inodoro
moderno. El contraste entre la pobreza extrema de los orígenes de esos jóvenes
paquistaníes y la opulencia del hotel es uno de los factores usados por sus
instructores para generar resentimiento e incitar la deshumanización de sus
víctimas. Entre los personajes hay uno especialmente curioso: un millonario
ruso antipático, prepotente y machista que estaba preparando una orgía con
prostitutas en su habitación. Casi todas sus acciones son egoístas, y cuando se
vuelve generoso es para ayudar a la bellísima Zahra, seguramente motivado por
el propósito de seducirla si por ahí lograban zafar. Ese tipo horrible, sin
embargo, va a ser el que protagonice los actos de enfrentamiento más netos con
los terroristas. Y sobre todo, el que diga la frase más formidable de toda la
película: cuando Hermant Oberoi le dice que estará rezando por él, él contesta,
en forma groseramente antipática pero conceptualmente precisa, que no le
importan los rezos porque, en definitiva, es por culpa de los rezos que ellos
se encuentran en esa situación.