Título original Le chagrin des oiseaux (Timbuktu)
Año 2014
Duración 97 min.
País Mauritania
Director Abderrahmane Sissako
Guión Abderrahmane Sissako, Kessen Tall
Música Amin Bouhafa
Fotografía Sofian El Fani
Reparto
Abel Jafri, Hichem Yacoubi, Kettly Noël, Pino Desperado, Toulou Kiki, Ibrahim Ahmed, Layla Walet Mohamed, Mehdi A.G. Mohamed, Fatoumata Diawara, Adel Mahmoud Cherif, Salem Dendou, Mamby Kamissoko, Yoro Diakité, Cheik A.G. Emakni, Zikra Oualet Moussa, Weli Cleib
Productora
Coproducción Mauritania-Francia; Armada Films / Les Films du Worso / Dune Vision
Género
Drama | Basado en hechos reales. Religión. África
Web oficial
http://www.timbuk.nu/
Sinopsis
Año 2012, la ciudad maliense de Tombuctú ha caído en manos de extremistas religiosos. Kidane vive tranquilamente en las dunas con su esposa Satima, su hija Toya e Issam, un niño pastor de 12 años. Pero en la ciudad los habitantes padecen el régimen de terror impuesto por los yihadistas: prohibido escuchar música, reír, fumar e incluso jugar al fútbol. Las mujeres se han convertido en sombras que intentan resistir con dignidad. Cada día, unos tribunales islamistas improvisados lanzan sentencias tan absurdas como trágicas. El caos que reina en Tombuctú no parece afectar a Kidane hasta el día en que accidentalmente mata a Amadou, un pescador que ha acabado con la vida de su vaca favorita. Ahora debe enfrentarse a las leyes impuestas por los ocupantes extranjeros. (FILMAFFINITY)
Premios
2014: Premios Oscar: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
2014: 7 Premios César: incluyendo Mejor película y director. 8 Nom.
2014: Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso
2014: Festival de Chicago: Mejor director
2014: Satellite Awards: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
Una crítica:
Situada sobre el borde sur del desierto del Sahara, perteneciente a la nación norafricana de Mali, Timbuktu es hoy una ciudad brutalmente empobrecida pero su nombre mantiene sus antiguas resonancias míticas: alguna vez fue lugar de paso esencial para una importante red de comercio, un espacio de cruce interétnico y multicultural que lo estableció como centro intelectual y universitario del continente. Tal como lo indica el proverbio occidental “Timbuktu queda al Este de La Nada”, se trata de una ciudad definida por su emplazamiento en una geografía árida y hostil, así como su lugar histórico y cultural preponderante. De esta ciudad toma su título una pequeña película de producción franco-mauritana estrenada el año pasado en la competencia principal del festival de Cannes y nominada en enero de 2015 al Oscar a Mejor film extranjero –junto con Relatos salvajes, la rusa Leviathan, y la polaca que finalmente se llevó el premio, Ida (ambas ya exhibidas en Cine Club Rocha)-. Escrita y dirigida por el mauritano Abderrahmane Sissako, Timbuktu empieza con una gacela que escapa de sus captores en el arenoso paisaje de las afueras de la ciudad, corriendo a toda velocidad pero sin salvación posible, sin un lugar donde refugiarse. La escena propone un cruel contraste, entre la belleza natural que aún es posible encontrar en esta castigada región del planeta, y la destrucción a la que ha sido condenada. Los hombres de los que escapa la gacela pertenecen al radical grupo jihadista que bajo la bandera del Estado Islámico acaban de tomar por asalto la ciudad, y recorren sus calles de tierra munidos de armas de fuego y a bordo de camionetas y motos, anunciando por altavoces las nuevas consignas que habrán de imponérseles a sus habitantes; un conjunto de medidas represivas y de una arbitrariedad absurda, presuntamente amparada en una observación rigurosa de la doctrina islámica. Las mujeres deben cubrir sus pies, y sus manos con guantes en toda situación. No se puede cantar, no se puede fumar, no se puede jugar al fútbol. Las mujeres no pueden reunirse en una misma habitación con hombres que no pertenezcan a su familia. Las transgresiones a la ley serán castigadas con pagos en especie, estipuladas deliberadamente por encima de las posibilidades del acusado, cuando no con latigazos o lapidaciones a muerte. Las temibles patrullas islámicas no se limitarán a recorrer las calles del pueblo; también alcanzarán –como ofreciendo una arrolladora demostración de que nadie escapa a la vigilancia del Islam– las afueras de la ciudad, donde, instalados en una modesta carpa, subsistiendo con casi nada, llevan adelante sus vidas el pastor ganadero Kidane, su esposa, la hija de ambos, de 12 años, y el niño huérfano al que adoptaron. Kidane viene a ser, dentro de la estructura coral de la película, algo así como la figura central de Timbuktu, en cuyo trágico destino se expresa el de toda una población resistiendo pacíficamente, como pueden, el opresivo régimen que acaba de apoderarse de sus existencias.
Mariano Kairuz en Página 12
Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=2EKHa1dEddw