Productora Arches
Films / Rita Productions / Why Not Productions
Género Comedia | Años 70. Secuestros / Desapariciones
Calificación: + 15 años
Sinopsis A finales de los 70, en Vevey, una pequeña ciudad
suiza, Eddy Ricaart sale de prisión y se aloja en casa de su amigo Osman. A
cambio del alojamiento, Eddy se ocupará de cuidar a su hija de siete años
mientras la mujer de Osman se somete a una revisión en el hospital. La víspera
de Navidad se agudizan los problemas económicos de la familia; por eso, cuando
la televisión anuncia la muerte del mítico Charlie Chaplin, a Eddy se le ocurre
una idea descabellada pero aparentemente fácil: robar el ataúd del director y
pedir un rescate a su familia que les saque de la pobreza. (FILMAFFINITY)
El cadáver de Chaplin
Tiene tanta valentía, tanta dignidad, y hasta honorabilidad,
que resulta imposible criticarla con severidad.
En la madrugada del 1 al 2 de marzo de 1978, apenas dos
meses después del fallecimiento de Charles Chaplin, dos delincuentes comunes
robaron del cementerio el ataúd del mito para pedir un rescate que los sacara
de sus penurias económicas y sociales. Dos hombres pobres, y quizá también
pobres hombres, dos vagabundos, dos inmigrantes, dos charlots de la modernidad
con una apuesta tan suicida como la de Xavier Beauvois, el cineasta francés que
ha llevado a la pantalla el suceso real con una intención tan irrealizable como
la de sus protagonistas: componer una película de aliento chaplinesco, un
melodrama con chico (aquí chica), madre enferma y fogonazos de comedia basada
en la emoción y no en la negrura, musicalizada con entusiasmo y protagonizada
por dos payasos en el sentido circense del término: el clown Roschdy Zem, y el
augusto Benoît Poelvoorde.
Los frutos del atrevimiento de Beauvois, el autor de la
magnífica De dioses y hombres, son dispares, con el manejo del tempo como
principal socavón y la memorable interpretación de sus protagonistas como gran
virtud. Sin embargo, al igual que la acción de sus personajes reales, la
película tiene tanta valentía, tanta dignidad, y hasta honorabilidad, que
resulta imposible criticarla con severidad.
La aventura de una noche de dos extraños en un país
extranjero, da un giro inesperado cuando la nube de polvo de un volcán impide
que todos los vuelos puedan despegar. (FILMAFFINITY)
Los no-lugares
Varios comentarios sobre este film lo vinculan con Antes del
amanecer (1995), el clásico de Richard Linklater que se convirtió en el
principal referente de película de amor en lo que va del siglo. El vínculo
parece ser intencional, ya que la compañera de Caroline se llama Céline (como
la coprotagonista de la trilogía Antes de…). Caroline es una arquitecta
francesa, Jaakko un DJ finlandés, se conocen en Vilna, Lituania, donde ambos
están de paso. Se involucran, pero ya tienen sus vuelos programados para
partir. Mientras tanto dialogan y se pasean por la ciudad.
La similitud termina ahí. Es fundamental la diferencia entre
el lapso de 24 hs de la anécdota de Linklater y el de 48 de ésta, con las dos
noches referidas en el título. Caroline, según lo confirmaremos más adelante,
suele tener encuentros sexuales fugaces durante sus viajes, tanto con hombres
como con mujeres. (En París tiene una pareja estable, la mencionada Céline).
Siempre se ocupa de que esos encuentros no se profundicen. Pero resulta que
esta vez una erupción volcánica en Islandia llena de cenizas el cielo del norte
de Europa y se bloquean los aeropuertos: el tiempo adicional y la segunda noche
que pasa con Jaakko van a ablandar sus mecanismos de defensa. Entonces las
ocurrencias aquí son más complejas a nivel sicológico que en Antes del
amanecer. En tren de trazar una genealogía de influencias, tanto como la
trilogía de Linklater está aquí la tradición de los amores de hotel: Hiroshima
mon amour, Lost in Translation (Perdidos en Tokio), Le Temps de l’aventure (El
tiempo de los amantes), Anomalisa.
El que la película envuelva mayor complejidad sicológica no
implica que en el cómputo general sea más compleja. Tiene mucho menos peso
conceptual que cualquiera de los antecedentes/modelos nombrados. Nadie conversa
de nada que no sean sus propias relaciones personales y su manera de plantarse
ante ellas. Los momentos más animados de conversación (cuando están bebiendo
desenfrenadamente en el bar) se muestran con el recurso habitual, generalizador
y poco imaginativo, de mostrarlos riéndose y moviendo los labios, pero sin
sonido, como parte de una secuencia de montaje que dice “la pasaron bomba
juntos”. El único asunto que se aborda realmente, por fuera de las referencias
emotivas de ambos personajes, es la propuesta arquitectónica de Caroline de
diseño para una sala de espera de aeropuerto, concebida para propiciar mayor
comodidad pero también mayores oportunidades para hacer contacto. Luego
tendremos una escena en la sala de espera del aeropuerto de Vilna, y puse todo
mi esfuerzo interpretativo a ver si se establecía algún tipo de vínculo que tematizara
este asunto, pero no fui capaz de encontrar ninguno. Tampoco hay mucho énfasis
en el contraste entre los no-lugares (hotel y aeropuerto —“no-lugares” segun el
concepto de Marc Augé—) y las calles de Vilna.
Hay una evidente pretensión de incluir aspectos un poco
salidos de lo mayoritario/tradicional/dominante. Está la bisexualidad de
Caroline, y el hecho de que ella es un poquito mayor que él (la actriz tenía 45
cuando hizo la película, el actor 40 pero parece más joven). No parece haber
nada demasiado especial en el vínculo entre Caroline y Jaakko (por más que él
diga que sí es algo especial). El nudo del drama está más bien en la
constatación de que la pareja de Caroline y Céline no da para más. Esto sí lo
vivenciamos por empatía, en la impaciencia de Caroline, muy justificable además
porque Céline (a quien vemos repetidas veces por Skype) es un plomazo y no
parece hacer otra cosa que demandar, intentar suscitar piedad y chantajear
emocionalmente a la compañera. Pero esto en vez de dar peso dramático a la
película se lo resta: que se separe de una vez, por Dios. Del otro lado
entonces está Jaakko, la opción hetero, y que tiene rostro, físico y actitud de
modelo de propaganda de perfume. A Caroline al principio como que le intriga,
pero luego se asusta de su vida estelar del DJ, siempre de viaje y cercado de
minitas espléndidas. Pero luego descubre que no, que es un tipo bastante
comedido sexualmente, que aspira a relaciones más profundas, y que además tiene
una hijita en Finlandia con la que se vincula en forma muy tierna. Él, por otro
lado, desde el primer amanecer de ambos, asume esa actitud del varón que enseña
a la mujer a liberarse de la prisión de sus propias trancas, combinando una
incidencia de tipo paternalista con otra más bien edípica, que trata de agitar
en ella los instintos protectores-maternales por la tristeza varonil de su amor
decidido al que ella todavía no se decidió a corresponder, y mostrándose además
como papá cariñoso y comprensivo.
Ninguno de los dos es un personaje especialmente fascinante,
aunque sí encajan decididamente en ciertos estándares de belleza. Uno esperaría
una lluvia de ideas interesantes en una charla entre dos profesionales
creativos que se pasan viajando y se encuentran en Lituania, pero el esqueleto
anecdótico-sicológico-conceptual quedaría intacto si se tratara de dos
burócratas que se conocen en Semana de Turismo en San Gregorio de Polanco. Los
lugares comunes de los diálogos hacen juego con el euro-pop bastante banal de
la banda musical y la fotografía de tonos apastelados.
Creo que por un tiempo más se seguirán haciendo películas
motivadas por Antes del amanecer o Lost in Translation, pero dudo que alguien
vaya a hacer alguna inspirada en ésta.
Guilherme de Alencar Pinto (La Diaria, 05/07/2017)
Martes y viernes a las 20.00 horas. Entrada: $ 150, socios gratis
Título original Dunkirk
Año 2017
Duración 107 min.
País Estados Unidos
Dirección Christopher Nolan
Guion Christopher
Nolan
Música Hans
Zimmer
Fotografía Hoyte
van Hoytema
Reparto Fionn
Whitehead,Mark Rylance,Kenneth Branagh,Tom Hardy,Cillian Murphy, Barry Keoghan,Harry Styles,Jack Lowden,Aneurin Barnard,James D'Arcy, Tom Glynn-Carney,Bradley Hall,Damien Bonnard,Jochum ten
Haaf,Michel Biel
Productora Coproducción Estados Unidos-Reino Unido-Francia-Países Bajos
(Holanda); Warner Bros. / Syncopy Production / Dombey Street Productions / Kaap
Holland Film / Le Studio Canal+ / Ciné+ / RatPac-Dune Entertainment
Género Bélico. Drama. Basado en hechos reales
Calificación: +12 años
Sinopsis
Año 1940, en plena 2ª Guerra Mundial. En las playas de
Dunkerque, cientos de miles de soldados de las tropas británicas y francesas se
encuentran rodeados por el avance del ejército alemán, que ha invadido Francia.
Atrapados en la playa, con el mar cortándoles el paso, las tropas se enfrentan
a una situación angustiosa que empeora a medida que el enemigo se acerca.
(FILMAFFINITY)
Premios 2017
3 Premios Oscar: Mejor montaje, sonido y efectos
sonoros. 8 nominaciones.
Globos de Oro: Nominada a mejor película, director y
banda sonora
Premios BAFTA: Mejor sonido. 8 nominaciones
National Board of Review (NBR): Mejores 10 películas
del año
American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores
películas del año
Critics Choice Awards: Mejor montaje (ex aequo). 8 nominaciones
Críticos de Los Angeles: Mejor montaje
Satellite Awards: Mejor sonido. 11 nominaciones
Sindicato de Productores (PGA): Nominada a Mejor
película
Sindicato de Directores (DGA): Nominada a mejor
director/película
Sindicato de Actores (SAG): Nominada a Mejores
especialistas de acción
Asociación de Críticos de Chicago: Mejor director. 6
nominaciones
Premios Gaudí: Mejor película europea
Premios César: Nominada a Mejor película extranjera
Premios David di Donatello: Mejor film extranjero
Estatura moral de una
derrota
La crítica extranjera, ha vivenciado el film Dunkerque de
Christopher Nolan, como una obra “de gran intensidad, poseedora de una magnificencia
que demanda ser apreciada en la mejor y más grande pantalla posible”. Es la
explanación visual, auditiva, con escasos diálogos de una épica magistral, de
un realizador que no había transitado por el tema bélico hasta entonces, si
tenemos en cuenta su quehacer precedente (Memento: Recuerdos de un crimen, la
trilogía de Batman: El caballero de la noche, Interestelar, – entre otros films
-.
Sorprende que el director se haya interesado por la realidad
histórica, abordando el llamado “Milagro de Dunkerque”, que tiene como tema
nada menos que el rescate de más de 360.000 soldados, pertenecientes a las
fuerzas aliadas, – ingleses, belgas, franceses -, que en el contexto de la
Segunda Guerra Mundial (1939-1945), entre los meses de mayo-junio de 1940, en la
batalla de Dunkerque, quedaron cercados, atrapados, acorralados, varados por el
siniestro ejército nazi-alemán, que los hostigara en su ofensiva llevada a cabo
por tierra, mar, y aire, con ametralladoras y bombas, de extremado suspenso, en
un poblado de la costa norte francesa, ubicado sobre el Canal de la Mancha, a
orillas del Paso de Calais, en la ciudad-puerto de Dunkerque o Dunkirk.
Nolan en varias entrevistas, expresaba que aspiraba que el
film mostrara la intensidad del “espíritu de Dunkerque”, sin acudir al horror y
a la sangre, poniendo el acento en el ritmo, “en la aceleración de la tensión,
en el suspenso que implicaba la superposición de situaciones límites”, en la
crueldad del continuo asedio, perpetrado por la insanía del enemigo alemán,
frente a la indefensión provocada, de la fatalidad padecida por los ingleses, y
los aliados, en una Francia invadida.
Las tomas de miles de hombres bombardeados en las playas de
Dunkerque, que esperan cruzar a la otra costa salvífica, al puerto inglés de
Dover, se resuelven en imponentes planos-secuencias que trasmiten silentemente
el dolor, la impotencia la desesperación por sobrevivir.
El rescate podía hacerse solamente atravesando el Canal de
la Mancha, pero las aguas poco profundas, impedían que los buques de guerra,
destructores de gran calado pudieran acercarse a las playas francesas, de aquí
que el Reino Unido les enviara botes de pesca, barcazas, pequeñas
embarcaciones, yates, veleros, transbordadores conducidos por civiles,
habilitados para llegar hasta la costa, para así poder salvar a los soldados,
trasladándoles hacia Dover.
Según el historiador Joshua Levine, que trabajase con el
realizador en el guión del film, explicita que “si el Reino Unido se hubiera
rendido, todo Europa hubiese caído en manos de los nazis”.
El drama de la guerra, se recrea utilizando la perspectiva,
la óptica o puntos de vista de varios personajes, así la del comandante a cargo
del muelle durante la evacuación (encarnado con gran solvencia por el actor
Kenneth Branagh), la del “capitán” de una embarcación civil (una genial
performance de Mark Rylance), la de un oficial malogrado por la guerra (Cillian
Murphy), de pilotos pertenecientes a la Fuerza Aérea Británica (Tom Hardy y
Jack Lowden), de los jóvenes soldados interpretados por Fionn Whitehead y Harry
Styles, este último ex integrante de la banda musical “One Direction”, que
descollara en este opus por sus dotes y habilidades histriónicas.
“Volver a casa” se volvería un tópico repetido por varios
agonistas, ya que las luces de la orilla salvadora, se vislumbraba desde el
caótico horror. La duración del film es sólo de una hora y 47 minutos, para el
desarrollo de una épica que no es lineal, ni cronológica, sino que avanza,
retrocede, vuelve a plasmar incidentes desde diferentes ángulos, en su decurso
fílmico con gran magisterio.
La banda sonora de Hans Zimmer, por momentos imita el
tic-tac del reloj, que exaspera, despierta el miedo, la ansiedad, la expectante
emocionalidad del espectador.
Desde las primeras imágenes, se sufre la presencia de un
joven que corre por intrincadas calles, huyendo de las poderosas balaceras
germanas; constituyendo el hundimiento de un crucero repleto de tripulantes,
otra inflexión letal. La imagen del barco que lo van llenando de agua en su
interior, mediante los agujeros balísticos que permiten la entrada, es otra
desgraciada, tremenda hazaña de los “vencedores”.
La evacuación finaliza exitosamente, – no quedaba otra
opción a tomar – y permitirá expresar al Primer Ministro británico, Sir Winston
Churchill en el parlamento inglés, que la victoria moral lograda era lo
trascendente, más allá que en términos bélicos el hito de Dunkerque era una
derrota. Llegar a Dover era sinónimo de haber podido sobrevivir en la lucha con
valentía, en aras de recomponer el necesario espíritu de autoestima y de
resistencia en un tiempo inglorioso.
La crítica en general es unánime en destacar que el trabajo
de dirección fue visceral, que se trata de una obra maestra impresionista, que
tal vez sea la película bélica más brillante de todos los tiempos. En tanto
otra crítica, expresiva de alguna disidencia, curiosamente no ha podido dejar
de pensar en el film.
El elemento dramático emerge de su subtexto, de la
omnipresencia de la muerte como una constante cierta, en permanente acecho, de
las acciones simultáneas y superpuestas en las que la cámara sigue a los
soldados de a pie en la playa, a los barcos que son hundidos o que han podido
acercarse, a las aeronaves de época que sobrevuelan el mar y toda la región,
con sus hábiles pilotos que luchan denodadamente con los aviones alemanes, en
el espacio aéreo.
Hay un anónimo soldado, que ya no puede soportar el desgaste
psicológico producido por la situación de espera, de ayuda que no llega y así
se despoja de sus armas y se interna en el mar bajo la mirada silenciosa de dos
jóvenes combatientes.
La obra de Nolan amerita una profunda reflexión sobre el
fatalismo que implica la guerra, en su muy desgarrador, brillante largometraje,
un tríptico épico-narrativo.
Dunkerque se encamina como la película más fuerte,
distintiva y beligerante, en la próxima entrega de los premios Oscar. Que así
sea.
“Dunkerque”, (Dunkirk) Estados Unidos, Reino Unido, Francia,
Holanda, 2017. Dirección: Christopher Nolan. Guión: Christopher Nolan. Música:
Hans Zimmer. Sonido: Richard King . Montaje: Lee Smith. Fotografía: Hoyte van
Hoytema. Elenco: Fionn
Whitehead, Mark Rylance, Kenneth Branagh, Tom Hardy, Cillian Murphy, Barry
Keoghan, Harry Styles, Jack Lowden, Aneurin Barnard, James D’Arcy, Tom
Glynn-Carney, Bradley Hall, Damien Bonnard, Jochum ten Haaf, Michel Biel.
Biopic de la obra y vida de la gran Emily Dickinson, una
poetisa que paso la mayor parte de su vida en casa de sus padres en Amherst,
Massachusetts. La mansión en la que vivió sirve de telón de fondo al retrato de
una mujer nada convencional de la que se sabe muy poco. Nacida en 1803, fue
considerada una niña con talento, pero un trauma emocional la obligó a dejar
los estudios. A partir de ese momento, se retiró de la sociedad y empezó a
escribir poemas. A pesar de su vida solitaria, su obra transporta a sus
lectores a su apasionante mundo. Esta es la historia de la poeta estadounidense
Emily Dickinson, desde su infancia hasta convertirse en la famosa artista que
conocemos. (FILMAFFINITY)
Sentimientos
Emily Dickinson (1830-1886) fue una poetisa estadounidense,
caracterizada por la pasión de sus textos. Vivió casi toda su vida recluida en
su casa; de su producción literaria solamente publicó una docena de un total de
alrededor de mil ochocientos poemas. Su obra revalorada luego de fallecida, la
ha ubicado entre los mayores poetas de su país.
Sus antepasados fueron prominentes figuras del mundo
político, jurídico y de la enseñanza. El puritanismo religioso de la familia,
provocó la rebelión de Emily, que empero permaneció en el seno de su familia en
una especie de voluntaria reclusión.
A partir de esos elementos, el realizador y guionista
Terence Davis, construye un film extraño. Apartándose de lo que pudo ser
solamente una biografía convencional y detallada (estilo HBO), su montaje torna
imperceptibles los saltos del tiempo.
Emily Dickinson persiste en su rebeldía ante la familia y la
sociedad, aunque nunca pudo desprenderse de la dependencia de un padre casi
inhumano en su férrea conducción del hogar y sus integrantes. Las discusiones
familiares, actúan a modo de detonante para revelar con precisión los
diferentes caracteres. Davis toma a sus personajes como si fueran figuras de
una pintura (la iluminación remite a los flamencos), haciendo del relato una
filigrana recreando la sociedad de la época.
Ese quietismo, esa abundante rigidez física de las figuras
centrales, es todo un desafío para un elenco que trasmite ajustadamente la
(in)moralidad de su tiempo, con una Emily que podría calificarse de feminista
no consciente de su condición vanguardista.
La cuidada y refinada escenografía actúa como el segundo o
tercer plano de tan pictóricas imágenes.
Un film clásico a la vez que renovador, al que
dramáticamente sobran reiteraciones, compensadas por tan original propuesta.