lunes, 22 de abril de 2019

23y26abr19: Cold war


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Martes y viernes a las 20.00 horas. Entrada: $ 150, socios gratis.

Título original Zimna wojna
Año 2018
Duración 88 min.
País Polonia
Dirección Pawel Pawlikowski
Guion Pawel Pawlikowski, Janusz Glowacki
Fotografía Lukasz Zal (B&W)
Reparto Joanna Kulig,  Tomasz Kot,  Agata Kulesza,  Borys Szyc,  Cédric Kahn,  Jeanne Balibar, Adam Woronowicz,  Adam Ferency,  Adam Szyszkowski
Género Romance. Drama. Guerra Fría. Música. Baile
Clasificación: + 12 años
Sinopsis Con la Guerra Fría como telón de fondo, “Cold War” presenta una apasionada historia de amor entre dos personas de diferente origen y temperamento que son totalmente incompatibles, pero cuyo destino les condena a estar juntos. (FILMAFFINITY)
Premios 2018
Premios Oscar: Nominada a mejor director, fotografía y película extranjera
Festival de Cannes: Mejor director
Premios BAFTA: 4 nominaciones, inc. a Mejor película en habla no inglesa
Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película extranjera
Premios del Cine Europeo: Mejor película, director, guion, montaje y actriz (Kulig)
National Board of Review (NBR): Mejor película de habla no inglesa
Critics Choice Awards: Nominada a mejor película de habla no inglesa
Asociación de Críticos de Chicago: 2 nom. incluyendo Mejor película extranjera
British Independent Film Awards: Nom. mejor película internacional
Satellite Awards: Nominada a mejor película habla no inglesa y fotografía
Premios Goya: Mejor película europea
Premios César: Nominada a Mejor película extranjera
Premios David di Donatello: Nominada a Mejor film extranjero
Premios Gaudí: Mejor película europea
Crítica:
Wiktor y Zula se conocen en 1949, cuando él tomaba audiciones para una compañía de danza y canto de Polonia y ella era una de las candidatas. Desde ese momento iniciarán una relación que, durante más de diez años, los tendrá yendo y viniendo, separándose y juntándose. Pero esas idas y vueltas no tendrán que ver solo con los avatares del amor, sino también con una situación política propia de la Guerra Fría que no los dejará ser tan libres en sus traslados entre Polonia y París. El film es en blanco y negro y en una pantalla casi cuadrada que podrá incomodar en los primeros minutos, pero luego pasa a ser un recurso narrativo funcional a una historia redonda, emotiva e intrigante. Belleza estética, buena música y destacadas actuaciones para contar un camino sinuoso dominado por el amor. Analía Filosi en Sábado Show

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lunes, 15 de abril de 2019

16abr19: Todos lo saben

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ÚNICA FUNCIÓN: martes a las 20.00 horas. Entrada: $ 150, socios gratis.

Título original Todos lo saben
Año 2018
Duración 130 min.
País España
Dirección Asghar Farhadi
Guion Asghar Farhadi
Música Canciones: Javier Limón, Nella Rojas
Fotografía José Luis Alcaine
Reparto Penélope Cruz,  Javier Bardem,  Ricardo Darín,  Eduard Fernández,  Bárbara Lennie, Inma Cuesta,  Elvira Mínguez,  Ramón Barea,  Carla Campra,  Sara Sálamo, Roger Casamajor,  José Ángel Egido,  Sergio Castellanos,  Iván Chavero, Tomás del Estal,  Imma Sancho,  Paco Pastor Gómez,  Jaime Lorente,  Jordi Bosch, Mari Carmen Sánchez,  Vicente Vergara,  Esteban Ciudad,  Nella Rojas
Género Thriller. Drama | Thriller psicológico. Secuestros / Desapariciones. Familia. Vida rural. Bodas
Clasificación  +12 años
Sinopsis Laura viaja con su familia desde Buenos Aires a su pueblo natal, en España, para asistir a la boda de su hermana. Lo que iba a ser una breve visita familiar se verá trastocada por unos acontecimientos imprevistos, que sacudirán las vidas de los implicados. (FILMAFFINITY)
Premios 2018-19
Premios Goya: 8 nominaciones incl. Mejor película, director y actor (Bardem)
Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso
Premios Feroz: 6 nominaciones, incluyendo Mejor película drama
Premios Forqué: Nominada a Mejor actriz (Cruz) y a Mejor actor (Bardem)
Premios Gaudí: Nominada a Mejor actor de reparto (E. Fernández)
Premios Platino: Nominada a mejor actor (Bardem) y actriz (Cruz)
Crítica:
Todos lo saben cumple con el protocolo para calificar, a su manera, como una superproducción. Está, para empezar, dirigida por el iraní Asghar Farahi, que ganó dos Oscar a mejor película extranjera por La separación en 2011 y El viajante en 2016. Aunque se puede pensar que tras ese reconocimiento hay un poco de coyuntura política (Farahi no pudo ir a recoger el premio por El viajante debido al cierre de fronteras que el presidente Trump ordenó para países enemigos), los libros de historia no van a decir eso, sino que lo colocarán, según ese estandar, como uno de los grandes directores contemporáneos. Tamaña estatura es un poco exagerada.
Su nueva película, además, tiene un trío de actores fuertes, de los cuales dos (Penélope Cruz y Javier Bardem) son celebridades globales y uno de los contados matrimonios en tener un Oscar para cada uno. Eso le dio a Todos lo saben una exposición mundial que, por ejemplo, le permitió ser la apertura en el último festival de Cannes.
Y el tercer actor en discordia es Ricardo Darín, la estrella iberoamericana más prestigiosa y que, encima, estuvo en tres películas nominadas al Oscar a la mejor extranjera, y una de ellas, El secreto de sus ojos, ganó el premio gracias —en parte— a su tenaz y tristón Benjamín Espósito.
La interacción entre los tres protagonistas es uno de los puntos de interés de Todos lo saben. Se cruzan en una historia que bordea varios géneros sobre una adolescente que desaparece de una fiesta en un pintoresco pueblo español. En esa fiesta también están su madre (Cruz) y su novio de la juventud, Paco (Bardem). Su padre, Alejandro (Darín), quedó en casa en Buenos Aires, y aunque se perdió la fiesta viaja rápidamente a buscar a su hija.
La película comparte con El pasado, La separación y El viajante, los títulos más internacionales de Farhadi, cierta tendencia a los espacios cerrados y aislados por los que rondan mentiras y verdades a medias que, en definitiva, revelan, por ejemplo, la inseguridad o la insatisfacción de sus protagonistas. Pero a diferencia de sus anteriores películas que parecían más enmarcadas en el exclusivo casillero del drama, Todos lo saben se abre un poco hacia otros senderos.

El título es irónico: acá nadie sabe nada y todo es chismorreo infundado que intenta ver un puzzle completo donde siempre falta una pieza. La última escena, quizás, indique que el círculo vicioso de mentiras y verdades a medias siempre vuelve a empezar. En pueblo chico, se sabe, el infierno siempre es grande.
El aparente secuestro, la decisión de no decirle a la policía y manejarlo en familia, y la testarudez de ver siempre el vaso medio vacío, van a desatar todos los frágiles nudos que unían esos vínculos. Reclamos basados en suspicacias o especulaciones disparatadas hacen avanzar la trama. El guion es del propio Farhadi.
Ese “todos lo saben”, además, llega hasta el espectador. Aunque es claremente un drama familiar, Farhadi juega con las expectativas del propio género. Es un melodrama, sí, pero también un teleteatro con sus aclaraciones, reclamos y grandes revelaciones. pero también es un policial con un detective que es una combinación entre Poirot y Columbo, que conjetura disparatadamente. Es incluso una asordinada comedia de enredos.
Así, Todos lo saben termina, con sus dudas sobre las verdaderas intenciones de sus personajes, dudando sobre algunas certezas de la vida y del cine.
La dirección de Farhadi es discreta: acá no está el despliegue del plano secuencia del sismo de El viajante y se privilegia el encuadre de cámara quieta. El uso de un dron, por ejemplo, con su ángulo cenital, quizás hable de que hay un orden supremo (el personaje de Darín es explícitamente religioso) aunque, incluso desde ahí, no se consiga descifrar el cuadro completo.
El principal gasto lo hacen los actores. Los más exigidos son Cruz y Bardem porque son los que más exteriorizan la crisis: los dos componen en territorios que ya recorrieron (en películas como Volver, ella, y ¡madre!, él), al que trabajan desde la contención de quien esconde cosas. La actuación de Darín es más asordinada, quizás porque, como se dice repetidamente, procesa todo a un nivel más interior. Es bien Darín.
Fernán Cisnero en El País

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lunes, 8 de abril de 2019

09y12abr19: La esposa

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Martes y viernes a las 20.00 horas. Entrada: $ 150, socios gratis.

Título original  The Wife
Año 2017
Duración 100 min.
País Reino Unido
Dirección Björn Runge
Guion Jane Anderson (Novela: Meg Wolitzer)
Música Jocelyn Pook
Fotografía Ulf Brantas
Reparto Glenn Close,  Jonathan Pryce,  Christian Slater,  Max Irons,  Harry Lloyd, Elizabeth McGovern,  Annie Starke,  Alix Wilton Regan,  Karin Franz Körlof, Morgane Polanski,  Johan Widerberg
Género Drama | Literatura
Clasificación: ATP
Sinopsis Joan Castleman (Glenn Close) es una buena esposa, de belleza madura y natural, la mujer perfecta. Pero lo cierto es que lleva cuarenta años sacrificando sus sueños y ambiciones para mantener viva la llama de su matrimonio con su marido, Joe Castleman (Jonathan Pryce). Pero Joan ha llegado a su límite. En vísperas de la entrega del Premio Nobel de Literatura a Joe, Joan decide desvelar su secreto mejor guardado. (FILMAFFINITY)
Premios 2017-18
Premios Oscar: Nominada a mejor actriz (Glenn Close)
Globos de Oro: Mejor actriz - drama (Glenn Close)
Premios BAFTA: Nominada a Mejor actriz (Glenn Close)
Critics Choice Awards: Mejor actriz (Glenn Close) - ex aequo
Premios Independent Spirit: Mejor actriz (Glenn Close)
Premios Gotham: Nominada a Mejor actriz (Close)
Satellite Awards: Nominada a Mejor actriz drama (Glenn Close)
Sindicato de Actores (SAG): Mejor actriz (Glenn Close)
Festival de San Sebastián: Sección oficial (Fuera de concurso)
Crítica: La ambición, la soberbia, el ocultamiento, la mentira y la mezquindad son los cinco ejes temáticos de La esposa, la triple coproducción del realizador sueco Björn Runge, que indaga, en profundidad, en los siempre imprecisos límites de la tolerancia y la humillación.
Este film, que marca el regreso a la pantalla grande de la actriz seis veces nominada al Oscar Glenn Close, es un drama de formato teatral que reflexiona sobre el amor, el desamor y la relación de pareja, en tanto compromiso que trasciende a lo meramente afectivo.
En buena medida, esta es una historia marcada más por los silencios que por las palabras, que encubre resentimientos largamente reprimidos bajo una fechada de supuesta felicidad.
No en vano se trata de un cuadro dramático signado por la infelicidad, por más que ese sentimiento no aflore siempre a la superficie y que, por el contrario, permanezca soterrado.
Ambientado al igual que la novela en la cual se inspira en 1992, el relato se sumerge en la intimidad del matrimonio integrado por el celebre escritor Joe Castleton (Jonathan Pryce) y su esposa Joan (Glenn Close).
A priori, se trata de una relación consolidada desde hace cuarenta años y, naturalmente, caracterizada por la armonía de todo vínculo que trascienda a lo meramente temporal.
Aunque la rutina se ha apropiado de la cotidianidad, en apariencia la cordialidad y el respeto mutuo siguen siendo el sustento de un vínculo unido por una suerte de amor incondicional.
Empero, desde el comienzo se nota claramente que se trata de un matrimonio asimétrico, en el cual el hombre ostenta una situación realmente privilegiada como si se tratara de un rey sin corona y la mujer funge como mera acompañante de su peripecia existencial.
Ese cuadro familiar, que se completa con el hijo adulto pero dependiente David Castleton (Max Irons) y una hija, Susana Castleton (Alix Wilton Regan), parece ser realmente idílico.
Sin embargo, el propio decurso del relato corrobora hacia el epílogo de esta película, que esa sintonía perfecta es en realidad una mera fachada que oculta más de una mentira.
La primera secuencia de la narración va marcando el curso del itinerario cinematográfico, cuando el prestigioso autor recibe la noticia que le ha sido otorgado el Premio Nobel de Literatura.
En ese contexto, la espontánea reacción de la pareja es brincar alocadamente sobre la cama, celebrando alborozadamente el acontecimiento.
El galardón es valorado como un logro compartido y no individual, en la medida que la esposa ha acompañado permanentemente al escritor y, en cierto sentido, es copartícipe de sus éxitos.
Incluso, el inveterado compromiso de la mujer con el hombre muta en una suerte de simbiosis, ya que hasta le cuida la salud con singular dedicación y jamás olvida indicarle la hora que debe tomar su medicación.
Es tal el grado de dependencia que se ha generado entre ambos, que Joan suele recordarle a su marido hasta los nombres de los personajes de sus novelas cuando este los olvida.
Más allá de la mera relación matrimonial, que es la clave de la propuesta artística, la película explora con acento crítico otros ámbitos donde prevalece la hipocresía, como la entrega de la premiación en Estocolmo.
En ese marco, el autor arma el tinglado para describir el protocolo previo a la ceremonia que será encabezada por el rey de Suecia, que incluye el acompañamiento permanente del galardonado, los ensayos con el maestro de ceremonias y los compromisos sociales, que, a menudo, resultan agobiantes.
Aunque se trate de una actividad intrínsecamente relacionada con la cultura en la cual se recompensa la excelencia creativa, está igualmente revestida de una densa pátina de frivolidad.
Mientras desarrolla la peripecia contemporánea de los personajes, el cineasta nórdico apela a recurrentes flashbacks para recrear el origen de la pareja, integrada por un docente de literatura devenido escritor y una joven y talentosa estudiante que se transforma en su segunda esposa.
Esa visión retrospectiva permite descubrir que la relación tuvo un comienzo tormentoso, ya que el profesor, estando casado en primeras nupcias, no duda en seducir a su alumna y transformarla en su amante. Luego, castiga a su nueva pareja con permanentes actos de infidelidad.
No obstante, el conflicto no se agota en esa guerra fría no declarada entre los protagonistas, sino que también integran al hijo, que es un escritor en ciernes permanentemente descalificado por su padre, y hasta a un sagaz pero mal intencionado cronista, que aspira a escribir una biografía contaminada por el escándalo.
Apelando a una explícita gestualidad que se torna aun más expresiva que el propio lenguaje verbal, Björn Runge construye una escenografía marcada por la tensión, que parece a punto de estallar como si se tratara de un artefacto de relojería.
Al respecto, resulta muy contundente la reacción exacerbada de la esposa durante la cena de gala del acto de premiación, inequívoco testimonio de amargura, impotencia y frustración.
La esposa es un relato impregnado de singular intensidad dramática, que reflexiona sobre los límites de la paciencia y la tolerancia en situaciones realmente extremas.
En ese contexto, el film –que cuenta con memorables actuaciones de Glenn Close y Jonathan Pryce al frente de un calificado reparto- reflexiona sobre la hipocresía, la mentira, la degradación, el encubrimiento y la segregación de género.
Hugo Acevedo (Revista Onda Digital)

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lunes, 1 de abril de 2019

02y05abr19: Mi obra maestra


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Título original Mi obra maestra
Año 2018
Duración 100 min.
País Argentina
Dirección Gastón Duprat
Guión Andrés Duprat
Música Alejandro Kauderer, Emilio Kauderer
Fotografía Rodrigo Pulpeiro
Reparto Guillermo Francella,  Luis Brandoni,  Raúl Arévalo,  Andrea Frigerio,  María Soldi, Alejandro Paker,  Pablo Ribba,  Roberto Peloni,  Mucio Manchini,  Julio Marticorena, Santiago Korovsky,  Melina Matthews,  Mahmoud Azim,  Mohamed Nafad
Género Drama. Comedia. Amistad. Pintura
Clasificación: +12 años
Sinopsis Arturo (Guillermo Francella) es un galerista encantador e inescrupuloso. Renzo (Luis Brandoni) es un pintor hosco y en decadencia. Si bien los une una vieja amistad, no coinciden en (casi) nada. El galerista intenta por todos los medios reflotar la carrera artística de su amigo, pero las cosas van de mal en peor. Hasta que una idea loca y extrema aparece como una posible solución. (FILMAFFINITY)
Premios 2018
Festival de Venecia: Sección oficial (fuera de concurso)
Festival de Valladolid - Seminci: Premio del Público
Crítica:
Arturo es un galerista de arte que comienza la película confesando al espectador que es un asesino. Para conocer más, propone contar una historia que empieza hace cinco años, con su amigo Renzo Neri como centro. Renzo es un artista que tuvo su época de esplendor en los años 80 y sigue viviendo en esa década, negándose a los cambios que plantea el mercado. Vive en una pocilga, le debe a todo el mundo y desprecia a la gente con dinero de la que, paradójicamente, depende para vivir. La película de Gastón Duprat (El ciudadano ilustre, El hombre de al lado) no termina de definir lo que es: ¿un drama?, ¿una comedia?, ¿una crítica al sistema?, ¿un thriller? En realidad pasa por todos esos géneros y eso desconcierta un poco al espectador que, por momentos, no sabe mucho hacia dónde va la historia. Está claro que el fuerte del asunto es la relación entre Arturo y Renzo, un vínculo de amor-odio muy apoyado en el humor que surge fácilmente por los dos experimentados actores que lo protagonizan. El contrapunto entre Guillermo Francella y Luis Brandoni, que por momentos recuerda a la serie de TV El hombre de tu vida aunque el tono y los personajes no sean los mismos, es lo más atractivo de este relato. Sus diálogos son los que van dando forma a las distintas situaciones en las que el valor de la amistad es lo que sobrevuela todo y sirve como justificativo para algunas decisiones dudosas. Una película despareja, tal vez un poco larga demás, que vale la pena por sus pesos pesados, que no decepcionan. Mención aparte merece la fotografía para mostrar la belleza de algunos de los lugares por los que transita el film.
Analía Filosi en Sábado Show

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Programación de abril '19