ÚNICA FUNCIÓN: martes a
las 20.00 horas. Entrada: $ 150, socios gratis.
Título original Todos lo saben
Año 2018
Duración 130 min.
País España
Dirección Asghar Farhadi
Guion Asghar Farhadi
Música Canciones: Javier Limón, Nella Rojas
Fotografía José Luis Alcaine
Reparto Penélope Cruz,
Javier Bardem, Ricardo
Darín, Eduard Fernández, Bárbara Lennie, Inma Cuesta, Elvira Mínguez, Ramón Barea,
Carla Campra, Sara Sálamo, Roger
Casamajor, José Ángel Egido, Sergio Castellanos, Iván Chavero, Tomás del Estal, Imma Sancho,
Paco Pastor Gómez, Jaime
Lorente, Jordi Bosch, Mari Carmen
Sánchez, Vicente Vergara, Esteban Ciudad, Nella Rojas
Género Thriller. Drama | Thriller psicológico. Secuestros /
Desapariciones. Familia. Vida rural. Bodas
Clasificación +12
años
Sinopsis Laura viaja con su familia desde Buenos Aires a su
pueblo natal, en España, para asistir a la boda de su hermana. Lo que iba a ser
una breve visita familiar se verá trastocada por unos acontecimientos
imprevistos, que sacudirán las vidas de los implicados. (FILMAFFINITY)
Premios 2018-19
Premios Goya: 8 nominaciones incl. Mejor película,
director y actor (Bardem)
Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a
concurso
Premios Feroz: 6 nominaciones, incluyendo Mejor
película drama
Premios Forqué: Nominada a Mejor actriz (Cruz) y a
Mejor actor (Bardem)
Premios Gaudí: Nominada a Mejor actor de reparto (E.
Fernández)
Premios Platino: Nominada a mejor actor (Bardem) y
actriz (Cruz)
Crítica:
Todos lo saben cumple con el protocolo para calificar, a su
manera, como una superproducción. Está, para empezar, dirigida por el iraní
Asghar Farahi, que ganó dos Oscar a mejor película extranjera por La separación
en 2011 y El viajante en 2016. Aunque se puede pensar que tras ese
reconocimiento hay un poco de coyuntura política (Farahi no pudo ir a recoger
el premio por El viajante debido al cierre de fronteras que el presidente Trump
ordenó para países enemigos), los libros de historia no van a decir eso, sino
que lo colocarán, según ese estandar, como uno de los grandes directores
contemporáneos. Tamaña estatura es un poco exagerada.
Su nueva película, además, tiene un trío de actores fuertes,
de los cuales dos (Penélope Cruz y Javier Bardem) son celebridades globales y
uno de los contados matrimonios en tener un Oscar para cada uno. Eso le dio a
Todos lo saben una exposición mundial que, por ejemplo, le permitió ser la apertura
en el último festival de Cannes.
Y el tercer actor en discordia es Ricardo Darín, la estrella
iberoamericana más prestigiosa y que, encima, estuvo en tres películas
nominadas al Oscar a la mejor extranjera, y una de ellas, El secreto de sus
ojos, ganó el premio gracias —en parte— a su tenaz y tristón Benjamín Espósito.
La interacción entre los tres protagonistas es uno de los
puntos de interés de Todos lo saben. Se cruzan en una historia que bordea
varios géneros sobre una adolescente que desaparece de una fiesta en un
pintoresco pueblo español. En esa fiesta también están su madre (Cruz) y su
novio de la juventud, Paco (Bardem). Su padre, Alejandro (Darín), quedó en casa
en Buenos Aires, y aunque se perdió la fiesta viaja rápidamente a buscar a su hija.
La película comparte con El pasado, La separación y El
viajante, los títulos más internacionales de Farhadi, cierta tendencia a los
espacios cerrados y aislados por los que rondan mentiras y verdades a medias
que, en definitiva, revelan, por ejemplo, la inseguridad o la insatisfacción de
sus protagonistas. Pero a diferencia de sus anteriores películas que parecían
más enmarcadas en el exclusivo casillero del drama, Todos lo saben se abre un
poco hacia otros senderos.
El título es irónico: acá nadie sabe nada y todo es
chismorreo infundado que intenta ver un puzzle completo donde siempre falta una
pieza. La última escena, quizás, indique que el círculo vicioso de mentiras y
verdades a medias siempre vuelve a empezar. En pueblo chico, se sabe, el
infierno siempre es grande.
El aparente secuestro, la decisión de no decirle a la
policía y manejarlo en familia, y la testarudez de ver siempre el vaso medio
vacío, van a desatar todos los frágiles nudos que unían esos vínculos. Reclamos
basados en suspicacias o especulaciones disparatadas hacen avanzar la trama. El
guion es del propio Farhadi.
Ese “todos lo saben”, además, llega hasta el espectador.
Aunque es claremente un drama familiar, Farhadi juega con las expectativas del
propio género. Es un melodrama, sí, pero también un teleteatro con sus
aclaraciones, reclamos y grandes revelaciones. pero también es un policial con
un detective que es una combinación entre Poirot y Columbo, que conjetura
disparatadamente. Es incluso una asordinada comedia de enredos.
Así, Todos lo saben termina, con sus dudas sobre las
verdaderas intenciones de sus personajes, dudando sobre algunas certezas de la
vida y del cine.
La dirección de Farhadi es discreta: acá no está el
despliegue del plano secuencia del sismo de El viajante y se privilegia el
encuadre de cámara quieta. El uso de un dron, por ejemplo, con su ángulo
cenital, quizás hable de que hay un orden supremo (el personaje de Darín es
explícitamente religioso) aunque, incluso desde ahí, no se consiga descifrar el
cuadro completo.
El principal gasto lo hacen los actores. Los más exigidos
son Cruz y Bardem porque son los que más exteriorizan la crisis: los dos
componen en territorios que ya recorrieron (en películas como Volver, ella, y
¡madre!, él), al que trabajan desde la contención de quien esconde cosas. La
actuación de Darín es más asordinada, quizás porque, como se dice
repetidamente, procesa todo a un nivel más interior. Es bien Darín.
Fernán Cisnero en El País
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