MARTES A LAS 20.00 HORAS. ENTRADA $ 150.
--SOCIOS GRATIS--
Título original Las vacaciones de Hilda
Año 2021
Duración 88 min.
País Uruguay
Dirección Agustín Banchero
Guion Agustín Banchero
Música Daniel Yafalián
Fotografía Lucas Cilintano
Reparto Carla Moscatelli, Edgardo Castro, Gabriel Villanueva
Género Drama | Familia
Clasificación + 12 años
Sinopsis Hilda es una mujer solitaria que vive en el pueblo
de Concepción. Intencionalmente quiebra cualquier tipo de relación afectiva con
las personas de su entorno cercano. Su vida se ve interrumpida por el aviso de
que su hijo viene a visitarla después de varios años. Así ella comienza los
preparativos para mejorar su casa y su imagen que ha decaído en los últimos
tiempos. Sobre la fecha, su hijo cancela la visita y la pospone por tiempo
indeterminado. Ahora Hilda deberá vivir un verano en el pasado.
Crítica
“No me molesta esperar”, le dice Hilda (Carla Moscatelli) a
un muchacho, mientras realiza una inspección rutinaria y burocrática a una
planta cerealera en decadencia. Es que toda la vida de esta mujer solitaria,
que sostiene a puro desgano y fuertes tensiones con su socio un estudio de
arquitectura, parece haberse quedado en suspenso, en una cotidineidad agobiante
y exasperante. Su madre enferma desde hace tiempo, la casa con filtraciones y
manchas de humedad, algunos manejos no demasiado transparentes con el dinero,
cierto patetismo pueblerino de un lugar como Concepción... Lo que el guionista
y director nos muestra (y sobre todo lo que nos insinúa) del universo íntimo de
la protagonista es bastante agustiante y desolador. Cuando recibe la
confirmación de que uno de sus hijos vendrá a visitarla algo vital se activa en
ella, pero a último momento el joven cancela el viaje y... otra vez el
desencanto, la depresión.
Tras esa primera parte, Banchero nos remonta al pasado, a un
verano de una década atrás, cuando Hilda estaba en pareja con Eduardo (el
argentino Edgardo Castro), pasaba unas vacaciones en Solís con él y sus tres
hijos, bailaban clásicos de los '70, hacían el amor. Pero sobrevino la
infidelidad de él, y los reproches, y la violencia, y la tragedia, y los
inevitables distanciamientos.
De esos retazos de vida, de esos recuerdos propios de una
memoria emotiva (y por lo tanto selectiva) está construida esta ópera prima
misteriosa y elusiva, que solo nos muestra algunos pocos elementos para que
luego seamos nosotros, los espectadores, quienes completemos las piezas
faltantes. Este juego de escondidas, de retaceos, de omisiones, puede irritar a
cierto sector del público, pero también plantea dilemas, genera interrogantes y
provoca complicidades.
La fotografía de Lucas Cilintano que es capaz de convertir
en pura poesía visual una gota de lluvia o una lágrima en la mejilla de la
protagonista, y el trabajo sutil, austero y lleno de matices de Moscatelli son
aspectos que sostienen el relato cuando los tiempos y los silencios se alargan.
Las vacaciones de Hilda es una película que exige paciencia, involucramiento y
compromiso. A la larga, la recompensa es valiosa. Por Diego Batlle.
Trailer:
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