domingo, 7 de junio de 2015

09jun15 y 12jun15: Welcome to New York

Welcome to New York

Título original Welcome to New York
Año 2014
Duración 124 min.
País Estados Unidos
Director Abel Ferrara
Guión Abel Ferrara, Christ Zois
Fotografía Ken Kelsch
Reparto
Gérard Depardieu, Jacqueline Bisset, Eddy Challita, John Patrick Barry, Drena De Niro, Amy Ferguson, Paul Calderon, Ronald Guttman, Anh Duong, Anna Lakomy
Productora
Wild Bunch / Forbes / Belladonna Productions
Género
Drama | Basado en hechos reales. Abusos sexuales. Política
Sinopsis
El señor Devereaux es un hombre poderoso. Un hombre que maneja cada día miles de millones de dólares. Un hombre que controla el destino económico de muchos países. Un hombre dominado por un frenético y desbocado deseo sexual. Un hombre que soñó con salvar el mundo, pero que no puede salvarse a sí mismo. Un hombre asustado. Un hombre perdido. Esta es la historia de su caída. Película inspirada en el polémico escándalo en el que se vio envuelto, en 2011, el Presidente del FMI Dominique Strauss-Kahn, escándalo que dio la vuelta al mundo. (FILMAFFINITY)

Una crítica
El inicio de Welcome to New York es una genialidad. Como si estuviera en una entrevista real sobre el filme en cuestión, Depardieu, más o menos interpretándose a sí mismo, le explica a un grupo de periodistas que él detesta a los políticos, posición cívica que inmediatamente asocia a un cierto individualismo anárquico que lo define. La escena, no exenta de comicidad, deja en claro un desafío: Depardieu, al menos por un tiempo, deberá convertirse en aquello que odia, una tensión dramática peculiar que tendrá consecuencias extraordinarias.
No menos importante es la secuencia siguiente: un conjunto de planos generales sobre edificios públicos de Nueva York y sus monumentos, seguido por un par de planos de lingotes de oro y una plancha de billetes de dólares en plena instancia de impresión, instalan signos precisos que determinan las coordenadas simbólicas del filme. Por cierto, en el cine, tanto la arquitectura como el dinero siempre connotan mucho más de lo que lógicamente refieren. Ferrara lo sabe a la perfección: por eso este inicio, que parece un mero compromiso visual de transición para situar el relato, tendrá un contrapunto dialéctico al final de Welcome to New York.
El personaje de Depardieu se llama Georges Devereaux, y desde el inicio se aclara que el filme está inspirado en el famoso caso, pero que varias situaciones son enteramente del orden de la ficción. Poco importante resulta verificar si Strauss-Kahn tiene una hija a la que le puede preguntar frente a su nuevo novio si tienen buen sexo, o si su poderosa esposa (Jacqueline Bisset), quien pagará una fianza de un millón de dólares para que Devereaux espere el juicio bajo arresto domiciliario, tiene que ver directamente con la vida del ex funcionario. Ferrara se vale de ese episodio sólo para articular una zona de intersección existencial entre la intimidad, la vida familiar y el orden económico. La voracidad sexual y económica cifran los comportamientos. Consumir cuerpos y cocaína o gastar 60.000 dólares por mes para alquilar un departamento, son actos en consonancia. En este sentido, el abuso de Devereaux es el resultado lógico de un pico interminable de experiencias sexuales que se van sustituyendo a lo largo de una noche. Devereaux participa primero de una fiesta erótica entre hombres de negocios y escorts; pocos minutos después dos prostitutas visitarán al funcionario; el placer sexual es equivalente a la adicción, una forma de consumo permanente orientado a conjurar un malestar sin nombre. Y es por eso que al encontrarse azarosamente con la mucama del hotel cinco estrellas, a la que forzará a tener sexo oral, Devereaux, apenas consciente de sus actos, parece conducido por la inercia de su desenfreno permanente, como si se tratara de otra mujer dispuesta a relevar a las precedentes. En estos segmentos casi rockeros, los funcionarios o, eventualmente, las estrellas de cine y de rock, participan de una forma de hedonismo que los iguala. Política del espectáculo, o espectáculo como política, los poderosos gozan sin límites.
La voz de Depardieu revela la conciencia muda y soterrada de Devereaux, un idealista derrotado por el Capital, una deidad irreconciliable con la justicia distributiva. Roger Koza en Revista Ñ.
Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=plcjtYvAWto

No hay comentarios :

Publicar un comentario