Título original Ocho apellidos vascos
Año 2014
Duración 98 min.
País España
Director Emilio Martínez-Lázaro
Guión Borja Cobeaga, Diego San José
Música Fernando Velázquez
Fotografía Gonzalo F. Berridi, Juan Molina
Reparto Dani Rovira, Clara Lago, Carmen Machi, Karra Elejalde, Alfonso Sánchez, Alberto López, Aitor Mazo, Lander Otaola
Productora
Lazonafilms / Kowalski Films / Telecinco Cinema
Género
Comedia. Romance | Comedia romántica
Web oficial
http://www.lazona.eu/html/cine/8apellidos.html
Sinopsis
Rafa (Dani Rovira) es un joven señorito andaluz que no ha tenido que salir jamás de su Sevilla natal para conseguir lo único que le importa en la vida: el fino, la gomina, el Betis y las mujeres. Todo cambia cuando conoce una mujer que se resiste a sus encantos: es Amaia (Clara Lago), una chica vasca. Decidido a conquistarla, se traslada a un pueblo de las Vascongadas, donde se hace pasar por vasco para vencer su resistencia. Adopta el nombre de Antxon y varios apellidos vascos: Arguiñano, Igartiburu, Erentxun, Gabilondo, Urdangarín, Otegi, Zubizarreta... y Clemente. (FILMAFFINITY)
Premios
2014: 3 Premios Goya: Mejor actor revelación (Rovira), actor de reparto y actriz de reparto
Una crítica:
Ocho apellidos vascos es la película española más exitosa de todos los tiempos, la segunda en recaudación en el país (56,2 millones de euros, solo por debajo de Avatar) y, con más de 9,5 millones de espectadores, la tercera más vista de la historia de España. Inevitablemente, ya han anunciado una secuela, imaginativamente titulada Nueve apellidos vascos. Se trata de una mediana comedia de enredos, con una idea graciosa (andaluz que se hace pasar por vasco para conquistar a una vasca que lo ha rechazado), media docena de buenos chistes, un decente nivel interpretativo, un montón de tópicos regionalistas (los andaluces creen que todos los vascos son unos terroristas, los vascos detestan a los andaluces, un puñado de jóvenes extremistas se enfervoriza cuando el protagonista, falso vasco, pronuncia para salir del paso un discurso independentista), y un esmero fotográfico que sabe aprovechar el hermoso, algo salvaje paisaje de Euzkadi.
El éxito de taquilla puede deberse, naturalmente, a que los españoles están metidos en un montón de problemas, buscan entretenimiento liviano, y el director Martínez-Lázaro, que hace demasiado tiempo hizo una película realmente buena (Las palabras de Max, 1978) pero después incurrió en cualquier cosa, se las arregla para más o menos proporcionárselo. La alarma surge empero si corresponde razonar que este es el mejor entretenimiento que el cine español está hoy en condiciones de ofrecer.
Hay por supuesto una larga tradición de comedia española. Entre lo mejor caben desde Bienvenido Mr. Marshall (1952), Calabuig (1956), Los jueves, milagro (1956)o la saga de los Leguineche (La escopeta nacional, 1977,y secuelas) y otras cosas de Luis García Berlanga, las películas españolas del italiano Marco Ferreri con frecuente colaboración del guionista Rafael Azcona (el humor negro de El cochecito, 1960), la producción de Pedro Almodóvar cuando todavía tenía sentido del humor (digamos Entre tinieblas, 1983 o Mujeres al borde de un ataque de nervios, 1988), algunos aportes de Fernando Trueba, que cuando ganó el Oscar por Belle époque (1992) dedicó su premio a "mi Dios: Billy Wilder", o los films iniciales de Alex de la Iglesia (El día de la bestia, 1995; La comunidad, 2000).
En el otro extremo está el humor "guarro" (aunque, admitámoslo, algunos lo encuentren efectivo) de la saga Torrente o el más reciente y penoso Almodóvar (Los amantes pasajeros debe ser su peor película en mucho tiempo).
Es cierto que 8 apellidos vascos evita el humor grueso, aunque a menudo no encuentra otro para reemplazarlo. Si recuerda algo es más bien la tradición de la comedia española más comercial y menos inspirada. Cuando cerca del final se desenvuelve un romance al compás de una sevillana, uno se siente cerca del cine que hacía hace treinta o cuarenta años Mariano Ozores, casi siempre con Manolo Escobar (buen cantante) como protagonista, o de las cosas entre "sexy" y costumbristas del franquismo tardío, habitualmente protagonizadas por José Luis López Vázquez, Alfredo Landa o ambos, de las que hubo un montón pero resulta difícil recordar un título en concreto.
Naturalmente es arriesgado emitir una opinión demasiado firme a propósito de un cine español que, hoy por hoy, casi no llega al Uruguay. Pero el abrumador éxito de una película menor como 8 apellidos vascos sugiere algo: que no hay, o hay muy pocas, películas mayores. No es un problema únicamente hispano: la falta de ideas es el rasgo más perceptible en casi todo lo que se ve en la cartelera comercial, y no solo en lo que viene de Europa.
Guillermo Zapiola en El País
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