lunes, 7 de octubre de 2019

8y11oct19: Fraylandia

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Martes y viernes a las 20.00 horas. Entrada: $ 150, socios gratis.


Título original Fraylandia
Año 2019
Duración 75 min.
País Uruguay
Dirección Sebastian Mayayo, Ramiro Ozer Ami
Guion Ramiro Ozer Ami
Música Sebastian Mayayo
Fotografía Gabo Ferro, Nicolás Almada
Reparto Documentary
Género Documental. Comedia. Drama
Clasificación + 12 años
Sinopsis Una fábrica finlandesa. Un conflicto entre dos países sudamericanos. Una mujer entre dos hombres. (FILMAFFINITY)
Crítica:
Varios  géneros convergen en esta ambiciosa, caótica y atractiva realización de Sebastian Mayayo (1977, codirector, guionista, fotógrafo y montajista de Ahora lo tengo que hacer -2004-) y Ramiro Ozer Ami (1972, camarógrafo de El almanaque -2012- y director artístico del film previo de Mayayo). 
El puente Gral. San Martín, que une la costa uruguaya de Fray Bentos con Puerto Unzué, en la opuesta orilla argentina, próxima a la entrerriana ciudad de Guleguaychú, une y también separa a ciudadanos enfrentados por la megaobra que significaba la instalación en las proximidades fraybentinas de una planta de celulosa por parte de la finlandesa Botnia, que luego pasaría a manos de la también finlandesa UPM.
El film se desplaza sobre dos modalidades escénicas: la coral, que toma a los núcleos opositores (argentinos y uruguayos) y partidarios (uruguayos) de la papelera, en su condición de masas anónimas; y la personal, donde algunos personajes sobresalen, y con sus historias privadas, introducen una reconstrucción que da al film la condición de “docudrama”.
La pareja obligada a distanciarse geográficamente, trasmitiendo su fidelidad en cartas de imposible idioma, los estragos provocados por el tiempo y vaivenes sentimentales, la alegría con que se aborda una vida sencilla ocultando otras carencias, la “burbuja” social a que dan paso los jerarcas europeos, son algunos de los “mini argumentos” que van conformando un entramado definidor de la densidad psicológica de las criaturas ubicadas a un lado y otro del puente con lomo de camello, desde cuya altura se divisa lejana, como un monstruo amenazante, a UPM 1.
La reconstrucción documental –como viene haciéndose desde 1922 cuando Robert J. Flaherty hizo que el esquimal Nanook y su familia “actuaran” su vida cotidiana ante la cámara- logra espontaneidad por parte de quienes se interpretan a si mismos, en un estilo de despojamientos formales que la cámara recoge con impronta propia del más puro e inicial “neorrealismo” italiano.
No olvidemos que el “cine documental”, en tanto “documento” incontrovertible, no existe. El “documento” es moldeado cual frágil masilla tan solo con el montaje más elemental, y si nos ceñimos a Dziga Vertoov y lo eliminamos, el encuadre, el ángulo de cámara y la lente utilizada implican igualmente una toma de posición, una actitud política.
Las referencias a un Tabaré Vazquez que en su búsqueda de votos se opusiera firmemente a una UPM a la que en su segundo mandato otorga dádivas sin precedentes, abre las puertas a una UPM 2 que queda fuera del film y parece un gigantesco guiño de completa actualidad.
Fraylandia dice mucho, denuncia a los villanos de la película: UPM cuya falsa bondad parece provenir de aquel prehistórico programa de preguntas y respuestas: Doble o Nada de “Mejoral”, cuando la característica voz de Isidro Cristiá anunciaba dinero para toda la República.
En esta coyuntura histórica, en este año donde elegiremos al primero de los muchos gobiernos que por medio siglo habrá de someterse a los dictados ya no de unos intereses de Finlandia (cuya historia sería útil repasar) sino de UPM, que nos impondrá universidades, líneas férreas, zonas francas y todo cuanto desee el supercapitalismo sin bandera ni nombre. Ayer se llamó Botnia, hoy UPM, y mañana…
Casualidad, o deliberado propósito, el momento en que se estrena Fraylandia amplía su contenido. (…) Alvaro Sanjurjo Toucon en accu.uy

Trailer


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