lunes, 8 de abril de 2019

09y12abr19: La esposa

Imagen relacionada

Martes y viernes a las 20.00 horas. Entrada: $ 150, socios gratis.

Título original  The Wife
Año 2017
Duración 100 min.
País Reino Unido
Dirección Björn Runge
Guion Jane Anderson (Novela: Meg Wolitzer)
Música Jocelyn Pook
Fotografía Ulf Brantas
Reparto Glenn Close,  Jonathan Pryce,  Christian Slater,  Max Irons,  Harry Lloyd, Elizabeth McGovern,  Annie Starke,  Alix Wilton Regan,  Karin Franz Körlof, Morgane Polanski,  Johan Widerberg
Género Drama | Literatura
Clasificación: ATP
Sinopsis Joan Castleman (Glenn Close) es una buena esposa, de belleza madura y natural, la mujer perfecta. Pero lo cierto es que lleva cuarenta años sacrificando sus sueños y ambiciones para mantener viva la llama de su matrimonio con su marido, Joe Castleman (Jonathan Pryce). Pero Joan ha llegado a su límite. En vísperas de la entrega del Premio Nobel de Literatura a Joe, Joan decide desvelar su secreto mejor guardado. (FILMAFFINITY)
Premios 2017-18
Premios Oscar: Nominada a mejor actriz (Glenn Close)
Globos de Oro: Mejor actriz - drama (Glenn Close)
Premios BAFTA: Nominada a Mejor actriz (Glenn Close)
Critics Choice Awards: Mejor actriz (Glenn Close) - ex aequo
Premios Independent Spirit: Mejor actriz (Glenn Close)
Premios Gotham: Nominada a Mejor actriz (Close)
Satellite Awards: Nominada a Mejor actriz drama (Glenn Close)
Sindicato de Actores (SAG): Mejor actriz (Glenn Close)
Festival de San Sebastián: Sección oficial (Fuera de concurso)
Crítica: La ambición, la soberbia, el ocultamiento, la mentira y la mezquindad son los cinco ejes temáticos de La esposa, la triple coproducción del realizador sueco Björn Runge, que indaga, en profundidad, en los siempre imprecisos límites de la tolerancia y la humillación.
Este film, que marca el regreso a la pantalla grande de la actriz seis veces nominada al Oscar Glenn Close, es un drama de formato teatral que reflexiona sobre el amor, el desamor y la relación de pareja, en tanto compromiso que trasciende a lo meramente afectivo.
En buena medida, esta es una historia marcada más por los silencios que por las palabras, que encubre resentimientos largamente reprimidos bajo una fechada de supuesta felicidad.
No en vano se trata de un cuadro dramático signado por la infelicidad, por más que ese sentimiento no aflore siempre a la superficie y que, por el contrario, permanezca soterrado.
Ambientado al igual que la novela en la cual se inspira en 1992, el relato se sumerge en la intimidad del matrimonio integrado por el celebre escritor Joe Castleton (Jonathan Pryce) y su esposa Joan (Glenn Close).
A priori, se trata de una relación consolidada desde hace cuarenta años y, naturalmente, caracterizada por la armonía de todo vínculo que trascienda a lo meramente temporal.
Aunque la rutina se ha apropiado de la cotidianidad, en apariencia la cordialidad y el respeto mutuo siguen siendo el sustento de un vínculo unido por una suerte de amor incondicional.
Empero, desde el comienzo se nota claramente que se trata de un matrimonio asimétrico, en el cual el hombre ostenta una situación realmente privilegiada como si se tratara de un rey sin corona y la mujer funge como mera acompañante de su peripecia existencial.
Ese cuadro familiar, que se completa con el hijo adulto pero dependiente David Castleton (Max Irons) y una hija, Susana Castleton (Alix Wilton Regan), parece ser realmente idílico.
Sin embargo, el propio decurso del relato corrobora hacia el epílogo de esta película, que esa sintonía perfecta es en realidad una mera fachada que oculta más de una mentira.
La primera secuencia de la narración va marcando el curso del itinerario cinematográfico, cuando el prestigioso autor recibe la noticia que le ha sido otorgado el Premio Nobel de Literatura.
En ese contexto, la espontánea reacción de la pareja es brincar alocadamente sobre la cama, celebrando alborozadamente el acontecimiento.
El galardón es valorado como un logro compartido y no individual, en la medida que la esposa ha acompañado permanentemente al escritor y, en cierto sentido, es copartícipe de sus éxitos.
Incluso, el inveterado compromiso de la mujer con el hombre muta en una suerte de simbiosis, ya que hasta le cuida la salud con singular dedicación y jamás olvida indicarle la hora que debe tomar su medicación.
Es tal el grado de dependencia que se ha generado entre ambos, que Joan suele recordarle a su marido hasta los nombres de los personajes de sus novelas cuando este los olvida.
Más allá de la mera relación matrimonial, que es la clave de la propuesta artística, la película explora con acento crítico otros ámbitos donde prevalece la hipocresía, como la entrega de la premiación en Estocolmo.
En ese marco, el autor arma el tinglado para describir el protocolo previo a la ceremonia que será encabezada por el rey de Suecia, que incluye el acompañamiento permanente del galardonado, los ensayos con el maestro de ceremonias y los compromisos sociales, que, a menudo, resultan agobiantes.
Aunque se trate de una actividad intrínsecamente relacionada con la cultura en la cual se recompensa la excelencia creativa, está igualmente revestida de una densa pátina de frivolidad.
Mientras desarrolla la peripecia contemporánea de los personajes, el cineasta nórdico apela a recurrentes flashbacks para recrear el origen de la pareja, integrada por un docente de literatura devenido escritor y una joven y talentosa estudiante que se transforma en su segunda esposa.
Esa visión retrospectiva permite descubrir que la relación tuvo un comienzo tormentoso, ya que el profesor, estando casado en primeras nupcias, no duda en seducir a su alumna y transformarla en su amante. Luego, castiga a su nueva pareja con permanentes actos de infidelidad.
No obstante, el conflicto no se agota en esa guerra fría no declarada entre los protagonistas, sino que también integran al hijo, que es un escritor en ciernes permanentemente descalificado por su padre, y hasta a un sagaz pero mal intencionado cronista, que aspira a escribir una biografía contaminada por el escándalo.
Apelando a una explícita gestualidad que se torna aun más expresiva que el propio lenguaje verbal, Björn Runge construye una escenografía marcada por la tensión, que parece a punto de estallar como si se tratara de un artefacto de relojería.
Al respecto, resulta muy contundente la reacción exacerbada de la esposa durante la cena de gala del acto de premiación, inequívoco testimonio de amargura, impotencia y frustración.
La esposa es un relato impregnado de singular intensidad dramática, que reflexiona sobre los límites de la paciencia y la tolerancia en situaciones realmente extremas.
En ese contexto, el film –que cuenta con memorables actuaciones de Glenn Close y Jonathan Pryce al frente de un calificado reparto- reflexiona sobre la hipocresía, la mentira, la degradación, el encubrimiento y la segregación de género.
Hugo Acevedo (Revista Onda Digital)

Trailer:

No hay comentarios :

Publicar un comentario